No sabía como pasó, pero se enamoró del que menos pensaba. De la persona que pensó que solo sería un amigo. La verdad no tenía ni idea que eran en realidad.
Él fue una mala influencia en su vida, pero sin darse cuenta, también la mejoro.
-Sungwon...
A veces podía sorprenderme lo perverso que podía llegar a ser la mente de SungHoon.
Mis papás se dirigieron hacia la cocina con muchas bolsas en manos, parecía que no sólo fueron de viajes de negocio.
Ayude a mi papá Chan con sus bolsas, ya que él era el que estaba más cargado. Me confíe y pensé que estás bolsas no tenían nada, pero que equivocado estaba. Estás bolsas pesaba más que Sunghoon.
Sunghoon... ¡¡SUNGHOON!!
Me había olvidado completamente de él. Pero era tarde cuando reaccione... Ellos ya estaban en la cocina.
—¿Y vos sos?— preguntó mi padre al pelinegro, con una mirada de confusión.
—Soy Sunghoon, mucho gusto— este se paró y extendió su mano para que pudiera estrecharla con mi papá —¿Ustedes deben ser los padres de Won no es así?— Preguntó con "inocencia" en su voz.
—Sí, lo somos. Yo soy Christopher y el es mi esposo, Félix— Presentó mi padre sentándose al frente de Hoon con sus manos sobre la mesa mirándolo fijamente.
—¿Y qué hacían acá chicos? Pensé que ibas a estar en el colegio— dijo el de pecas mientras se preparaba un café.
—Suspendieron las clases hasta la próxima semana, así que quise hacer una pijamada con el grandote este— Lo señale con mi dedo pulgar, pero al girar un poco mi cabeza, vi a Sunghoon con su ceño totalmente fruncido.
—¿Sabes que es de mala educación señalar a las personas?— Me miró con los ojos entre cerrados. Demasiado al decir verdad. Este se levantó de su asiento y se quedó atrás mío. Posó sus mano en mi cintura, comenzó acariciarla, aprovechando que mis padres no veían.
Yo sólo lo corrí un poquito para atrás y le susurré —¿Qué crees que estás haciendo?— Y él sólo rió bajo y me agarró del brazo queriendo llevarme hacia arriba. Pero sabía sus intenciones y no planeaba hacer nada con él.
—No— Fue lo único que le dije para soltar su agarre, pero al parecer no le gusto que me soltase.
Arrugó su nariz e hizo un puchero. Yo reí por su tonto comportamientos.
—Creo que es hora de irte Hoon ¿No creés?— no iba a dejar a este maniático ni un segundo más en mi casa.
Pero él cómo es tan persistente no se quiso ir, pero gracias a mi habilidades pude hacer que esté ser maligno salga de mi cómodo hogar.
Gracias dios por tener piedad de mi y no tener que estar rogándole para que se fuera.
—No puedo creer que me estés echando— chilló indignado, mirándome con un puchero y ojitos de perrito abandonado —Ni siquiera dejaste que me despida de tus padres.
—Vamos, te lo compensaré en algún momento— le contesté dándole un leve golpe en su brazo, restándole importancia a su berrinche. Mas no pensé que este llegaría a abrazar mis piernas para no irse.
—¿Qué haces?— Mire para abajo, así poderle ver la cara. El de cabello oscuro se veía tan tierno que me daban ganas de vomitar.
—Él era un completo idiota
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