•Camilo•

151 11 1
                                    

Habían pasado dos largos años desde que me habían alejado de el amor de mi vida, del único ser que me hacía tan feliz como el verano.
Apenas había dejado de pensar él, apenas había dejado de sentirme vacío, apenas lograba acostumbrarme a que, no había nada más que hacer cuando llegó una carta muy peculiar.
Desde hace un año había estado recibiendo varias cartas provinientes este chico, de ____....
Básicamente estuvimos enviándonos cartas por aproximadamente un mes, hasta que llegó una carta la cual me sorprendió incluso más de lo que la primera:
   Camilo:
     Cómo sabes, ya soy mayor de
     edad al igual que tú, lo que
     significa que volveré. Volveré
     al Encanto para poder estar
     contigo, éstos dos años han sido
     muy duros, te he extrañado en
     grande.
                                             Att: ____.

Esa carta me dejó boquiabierto, realmente me preocupaba que volverieran a hacer lo mismo de dos años atrás o peor.
Aún así lo dejé pasar ya que, desde esa carta, había pasado una semana y no volví a tener noticia de él.

Ese día me desperté como cualquier otro, me vestí, desayuné y me dirigí a ver a mi, en ése momento, prometida. Sin embargo, me detuve en la puerta en cuanto ví a una silueta masculina que se me hacía familiar. No lo podía creer. Frente a mí estaba él, estaba ____. El chico aún tenía el cabello exactamente igual, lo único que había cambiado había sido su estatura; éste portaba, extrañamente la misma ropa que el día en el que lo ví por última vez: una camisa blanca y unos pantalones de color café oscuro.
Corrí a abrazarlo lleno de alegría.
—¡____! ¿Qué haces aquí?
—Te dije que vendría.
—Lo sé, pero no creí que fuera en serio. —El chico sólo soltó una leve risa para que, acto seguido, Mirabel pasara por ahí con una canasta bastante grande. En cuanto lo vio, Mirabel dejó la canasta en el suelo y corrió a abrazar a ____.
—¡No lo puedo creer! ¿En serio eres tú?
—Pues no creo ser una aparición. —dijo ____ en tono de broma para luego recibir un codazo de parte de Mirabel.
—Te extrañé, bobo. —Mirabel le sonrió a ____ con cariño. Ellos habían sido muy amigos después de todo. —lamento que todo haya tenido que ser así...
—No te preocupes, ya estoy aquí. —se creó un silencio hasta que una voz femenina se hizo presente.
—¡Te he estado esperando por quince minutos! ¿Qué estás haciendo? —me di la vuelta para ver de quién se trataba y me di cuenta de que, era mi prometida, Paola.
—Perdón. Pasa que me encontré a ____, un eh... viejo amigo que acaba de volver al pueblo. —Paola se había mudado aquí hacía año y medio, así que no sabía lo que había ocurrido con este chico, por lo que no le dió importancia.
—Ah, hola. —le dijo desinteresada para luego volverse a mí. —Vámonos.
—Espera, dame dos segundos.
—Uno, dos, vamos. —Dijo chasqueando los dedos en el "vamos" con una mirada imponente.
—Bien... —me dirigí rápidamente a ____. —Nos veremos en otro momento.
—Eh... Si, adiós. —dijo algo afligido para luego dirigirme a mi prometida e irnos.
•~•~•~•~••~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Lamento que el capítulo esté algo corto, les prometo que los demás estarán más largos 😿

~Siempre juntos~ (Camilo Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora