Era las 5 de la tarde aquella vez que de costumbre me encontraba solo, solía ir con mi padre Angelo al laboratorio, apenas tenía 10 años, no entendía por que cada cierto tiempo el me hacían pruebas de sangre, solía quejarme debido a que en ocasiones, el hacía experimentos un poco extraños conmigo, cada vez que me acercaba a preguntarle la razón de todo esto, mi padre se limitaba a mirarme feo y solo decía:
—Deja de hacer preguntas tontas. Tu solo debes obedecer y listo, los niños no tienen derecho de cuestionar a los padres, además de que te doy un techo y comida, deberías de estar agradecido conmigo —me decía con tono de voz alto, a veces pensaba que yo estaba pagando alguna clase de deuda.
—Pero papá. Solo te pregunté la razón de todo esto, no me gusta que me saquen sangre y que en debido esto, tenga pesadillas donde me persiguen unos seres extraños...
—Deja de quejarte Harry. Recuerda que las personas deben de servir para algo, sino sus vidas no tienen ningún valor.
—Me gustaría que tú y yo pasáramos tiempo...en lugar de estar solo en la escuela, todos dicen que tú no eres mi padre y que sólo soy un huérfano al cual nadie quiere, pero no es verdad... ¿Me quieres? —pregunté con la esperanza de que su respuesta fuera positiva.
—Harry. Deja de tomarle importancia a lo que dicen los demás...cada quien demuestra el cariño a su manera, sino te quisiera probablemente ni siquiera estarías aquí conmigo. Recuerda que sino eres útil, entonces tú existencia no tiene ningún valor y así eso pasa poco a poco fingirán que tú no eres existes.
Al escuchar esa última frase, supuse que quiso consolarme, seguí al pie de la letra, ese consejo durante mi niñez y adolescencia pero lo único que logré fue quedarme solo, me decía a mi mismo todos los días que esto solo era una fase de mi vida y que en el día menos pensado todo cambiaría, pero supongo que eso nunca pasó. Había un niño que acompañaba a su padre al laboratorio, se hacía llamar Brandon Gandor.
Cada vez que lo veía quería acercarme para salir a jugar con el o quizás platicar y compartirle de mis dulces, pero cada ocasión que yo me acercaba, el padre de ese niño le decía que tenía prohibido hablar conmigo que yo era malo, no entendía por que se expresaba de esa forma, lo único que yo quería era tener un amigo, al parecer los adultos tenían otros planes, ya que solo lo podía ver cuándo a ambos nos hacían pruebas de sangre y nos colocaban aparatos extraños en nuestros cuerpos, ambos terminábamos muy agotados, regularmente el lloraba e iba corriendo con su padre y lo abrazaba yo solo me quedaba mirando, amablemente me acercaba y le ofrecía mi dulce favorito para que no tuviera miedo.
Brandon estaba dispuesto a tomarlo e incluso dejo de llorar, pero su padre, tomo el dulce y frente de mi lo rompió, me sujeto con fuerza de mi ropa y me levanto, tenía mucho miedo de que el fuera a golpearme.
—No quieras jugar a ser la buena persona conmigo. Deja a mi hijo en paz —dijo con el ceño fruncido justo en frente de mi, podía notar su coraje como si quisiera hacerme algo.
—Solo intento que Brandon y yo... seamos amigos —contesté con la voz un poco temblorosa, mientras Brandon nos observaba un poco sorprendido, supongo que nunca pensó que yo le fuera a responder.
—Un fenómeno como tú, solo conseguirá estar solo. Vete a buscar compasión a otro lugar —contestó en tono de burla, mientras se alejaba y le susurraba algo a Brandon.
—¿Así? Pues tú eres un adulto amargado...no me agradas —susurré no quería que alguien me escuchará.
—Harry ven aquí. Deja de estar perdiendo el tiempo, debemos hacer más pruebas, el primer prototipo de la larva astral está casi terminado — escuché que mi padre dijo justo en el fondo del laboratorio.
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Metanoia
Science FictionUna tragedia ocurre hace algunos años en el lugar donde vive Brandon, se reportan varias muertes sin ninguna explicación lógica, todo indica que fue resultado de un proyecto llamado "metanoia", se rumora que el fin de este experimento era curar trau...