Viernes 08 de Noviembre, Manhattan, New York

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Los días como estos lograban en ella cosas maravillosas. Cada vez que el sol estaba en lo más alto, brillando con fuerza; ella se sentía renacer y vibrar en energía. Vestido amarrillo decorado de hermosas flores, zapatos de tacón y su hermoso cabello rojo. Siempre fue la envidia de todas.

— No entiendo muy bien de qué va esto —con voz impregnada de soberbia y desdén, a la doctora solo le quedó respirar y armarse de esa inagotable paciencia.

— Debes querer contarme de tus padres y de lo que sucedió, el cómo te afectó para iniciar —con voz calma y firme, tratando de tener un avance el día de hoy— Tu hermano menor me platico un poco de cómo inició todo, si gustas podemos comenzar desde el mismo punto.

Resistencia y desconfianza, fue lo que los ojos de la segunda hija del matrimonio, Namikaze-Uchiha, demostró. Ella no sería una paciente fácil. Se parecía mucho a su padre. En opinión personal... demasiado.

— No creo que pueda agregar mucho, lo que él le dijo es lo mismo que yo sé —dureza y tensión, acompañados del mismo desdén— Las cosas no eran tan malas; tenían sus dificultades ¡sí!, pero intentaban arreglar las cosas de la mejor manera que sus pubertas e inmaduras mentes les permitían —y con la mirada fija en el azul del cielo, bañado en el rojizo atardecer, los recuerdos la inundaron— Las cosas se ponían realmente mal si, y solo si, madre se volvía a embarazar —tensa y distante— Lo peor era cuando los síntomas llegaban.

— ¿Por qué? —intentando ocultar la intriga.

— Había algo en el tema del embarazo, donde las discordancias que usualmente se arreglaban rápido o con asunto de unos días, lograban sacar lo peor de ambos, no solían armonizar muy seguido, cada embarazo eran meses de peleas seguras.

Fatiga. Este caso no sería fácil. Los hermanos Namikaze-Uchiha eran cajas fuertes, podían hablar de los acontecimientos, eso no representaba un problema. La verdadera dificultad recae en los sentimientos o las emociones que tales acontecimientos les despertaban. Era como excavar, sin realmente estar teniendo un avance.

Y el hermano mayor, aún era un completo misterio.

Era verdaderamente difícil lidiar con ello. La comida se convertía en un desperdicio a los cinco minutos de ingerirla. Naruto estaba cansado, después del resultado positivo las náuseas y vómitos tuvieron más sentido.

Con el pasar del tiempo ocultarlo será imposible, su vientre crecerá hasta el tamaño de un balón de basquetbol.

Con el regreso a clase a la vuelta de la esquina, será mejor tomar medidas. Sus padres aún no lo saben y Sasuke insiste en mantenerlo así hasta donde puedan.

Cada mañana es una batalla intentar simular las náuseas; lograr que la comida se quede dentro es una pelea que muchas veces pierde y que hace que sus padres se preocupen.

Está triste y preocupado, mucho de lo que planeaba en su vida, puede quedar en sueños frustrados. Olvidados, por una responsabilidad para la que no está preparado y que no quiere.

Sasuke lo ayuda lo mejor que puede. Dios bendiga el internet; casi todo lo que han investigado viene de blogs con dudosa información y páginas que explican con demasiado lenguaje técnico haciendo difícil el entendimiento.

Es el primer mes y el cansancio puede más con él. No quiere imaginar cómo serán los ocho meses que faltan.

Agosto de MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora