Capítulo 4

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En la casa del bosque se podía ver a un chico recostado en su cama leyendo un libro que hace poco le dieron.

Zig miraba con curiosidad el libro que le había dado el tigre, sentía como ese lugar lo llamaba no sabia el porque pero al leer cada página del libro se sentía que estaba recordando un lugar donde ya estuvo pero todo es borroso solo son pequeños fragmentos pero ninguno es claro.

Mientras leía aquel libro su amigo crustáceo lo miraba con curiosidad al ver como su amigo ex hiena leía ese libro con ojos brillantes y tristes, Zig noto la mirada de su amigo, al girar pudo ver en los pequeños ojos de crustáceo curiosidad.

-Tu que piensas Barnie, crees que sea buena idea visitar este lugar- pregunto a su amigo que se encontraba acostado en su abdomen mostrándole la portada del libro.

El animal solo hizo sonidos agudos, la ex hiena le entendió a la perfección lo que dijo ya que con tantos años de estar con su amigo logro comprender todo lo que decía, lo que dijo Barnie fue que no estaba seguro de que visitaran un lugar nuevo ya que no sabían nada y que seria un poco peligroso pero no seria malo visitar las tierras de su amigo.

-Tienes razon, seria peligroso que nosotros que crecimos en una isla vayamos a un lugar con monton de animales nuevos, asi que sera mejor esperar y que todo vaya a su tiempo-termino de decir dejando el libro en la mesita de noche que estaba a lado de su cama, bajo a su amigo de su abdomen para sentarse en el borde de la cama, al terminar esta acción deposito a su amigo en sus muslos gruesos acariciando su caparazón (sinceramente no se como llamarle esa parte del cuerpo de Barnie).

-Barnie como no tenemos nada que hacer que te parece si vamos al agua para ver si pasa un barco, nos subimos y vemos que tiene- propuso la ex hiena.

Barnie solo movió su cabeza en forma de aceptación, era verdad no tenían nada que hacer haci que su ultima manera de entretenerse era el agua.

-Bien vamos, solo hay que esperar que no se choque ninguno- termino de decir, recogió a su amigo y lo puso encima de su cabeza, bajaron las escaleras y salieron rumbo al agua.

Se metieron al agua y nadaron hasta la roca que fue instalada para el, se sentó, coloco a su amigo en su ahora aleta y solo tenían que esperar mientras venían el paisaje.

Era raro que Marina y Sharko no estuvieran pero no tenia porque preocuparse ya que ellos algunas veces se saben quedar en su casa todo el dia, paso el tiempo y no pasaba nada y para empeorar todo en vez de distraerse se estaban desesperando que no pasara nada pero en eso a Zig se le ocurre algo un poco peligroso.

-Barnie me muero de aburrimiento y se que no te va a gustar la idea que tengo en mente pero que tal si uso el canto de las sirenas para atraer algún barco- termino de decir pero su amigo el empezó a hablar diciéndole que eso es malo aunque al poco tiempo después acepto por el aburrimiento.

Y como dijo Zig empezó a cantar, una hermosa voz salió de la boca una voz que hasta Barnie se sorprendió ya que no se imaginaba que tuviera semejante talento para cantar, su voz se escuchó en todo lo que los rodeaba haciendo que cada animal se enamorara de aquella voz, por supuesto ese era el efecto de las canciones que cantaban las sirenas el canto fue tan alto para llamar a un solo barco que llego al fondo del agua y también llegando a la casa de Marina y Sharko lo cual Marina supo inmediatamente de que se trataba y le explico a Sharko que esa canción no era cualquiera si no que eran canciones que se utilizaban para atraer a los barcos, así que por curiosidad de quien cantaba fueron a la superficie y gran sorpresa que se llevaron.

Hay estaba Zig cantando quedando asombrados pero un sonido fuerte los distrajo.

-Un barco- dijo Marina viendo como un barco de embarcación llegaba a gran velocidad dando a entender que la canción funciono y atrajo a un barco, el que manejaba aquel transporte tenia sus ojos en forma de espiral de un color rosa pálido que mientras mas se acercaba a la isla sus ojos se enfocaba en una solo cosa o mejor decir una solo persona, Zig sintió la mirada de aquel hombre enfocada en el provocando que dejara de cantar pero la velocidad del barco fue tanta que no logro parar a tiempo dando como resultado que el barco se estrellara contra la isla, el hombre de adentro sacó un bote inflable con un remo y se fue de manera rápida alejándose de la isla.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora