Capítulo 5

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*Ha Eun Pov.*

Los días habían pasado y estábamos preparando la presentación en vivo del artista. Las horas de trabajo se habían hecho extensas y aproveché cada minuto para conocer un poco más a Jess. Conocer de sus gustos y su forma de ser. Aún estaba buscando el momento para tener un gesto con Jess como ella lo tuvo conmigo, pero el trabajo no nos dejaba. Aún recuerdo que al día siguiente de ese momento tan bonito, nos vimos en el trabajo y nos mirábamos mucho, sonriendo.

Hoy era uno de esos días donde el trabajo estaba acumulado y sabía que saldría tarde.

—Ha Eun... —Dijo la voz de Jess y le sonreí al verla contra mi escritorio—. Hoy tenemos trabajo hasta tarde, así que vamos a darnos un descanso. ¿Quieres subir conmigo a la azotea a tomar un café? El aire fresco nos ahora bien.

—Sí, claro. —Le dije y me puse de pie.

Solo lleve mi celular y nos detuvimos en la cocina para servirnos café. Luego salimos rumbo al ascensor, conversando de que Won vendría está noche de Corea para encargarse de la presentación del artista.

Subimos a la azotea y mientras nos sentamos en una banca que había ahí, ella estaba mirando su celular y suspiró sonoramente. La vi observar un chat y mandar un audio.

—No, abuela. No me organices una cita con el sobrino de nadie. Ahórrate la vergüenza de enterarte de que lo dejé plantado. Gracias.

Terminó de mandar el audio y suspiró.

—¿Te quieren organizar una cita? —Le pregunté y asintió.

—Sí, digamos que sí.  ¿A ti nunca te organizaron una cita?

Abrí los ojos como platos y asentí, recordando.

—Mi madre le organiza citas todo el tiempo. —Le conté y se rió—. Es que tengo 28 años... Y en corea es una señal de que va siendo hora de que casarse. De lo contrario eres un fracasado.

Tomé un sorbo de café y comencé a contarle.

—Fui a una buena universidad, pero la comencé tarde y eso ocasionó mucha presión social para mí familia. Y como no conseguía trabajo, mi madre puso sus esperanzas en encontrarme marido.

—Oh, cielos... ¿Te gustaban los chicos al menos? —Expresó y suspiré.

—En corea las citas son diferentes, las demostraciones de cariño deben ser privadas. De lo contrario está mal visto. —Le conté—. Y no pasaba de la segunda cita, así que te diré que ni siquiera deje que me besen. Nunca me he sentido libre o con ánimos de ser yo misma... Ni siquiera soy yo misma con mi familia.

Me senté de lado en ese momento para mirarla a los ojos.

—Eso es algo que siento diferente estando aquí. En Estados Unidos no hay la presión social que hay en Corea. Así que... Cuando estaba allá, era una persona con mi familia y otra completamente diferente con Won. —Le conté y asintió—. Siempre me he sentido con dos personalidades diferentes.

—En ese te entiendo perfectamente... —Dijo y miró su caso de café—. ¿Recuerdas que te dije que tengo muchos tíos?

Asentí mientras tome café y suspiró.

—Mi familia es enorme y bueno... Es algo conservadora. Bastante diría yo... —Dijo con una risa irónica—. Así que los tíos, tías, primos o primas que tengo y sé... Son gay... Están ocultos. Muchos de ellos casados y con hijos, pero con una vida privada por las noches.

Me quedé en completo silencio escuchándola y perderse en el pensamiento.

—Mi abuela tiene comentarios muy particulares sobre la comunidad, bastante hirientes y muchos de esos comentarios son desde el punto de vista religioso. —Dijo y me miró—. Así que nunca me abrí realmente a mi familia. No... No le puedo decir a mi abuela que su nieta predilecta es lesbiana.

Love At First Sight - Original StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora