Las peleas, pan de cada día para un pandillero con experiencia, pero que nunca deja de ser un reto. Es un momento donde tu concentración debe estar al máximo, el solo pestañear puede afectar tu desempeño de una manera irremediable.
Se lucha por el honor y la dignidad, cosas que nuestro querido Shinichiro Sano parece estar abandonando y regalando el día de hoy a cambio de una buena paliza que lo tiene medio ciego y medio muerto.
- ¡Shinichiro, despierta de una vez! Esto es demasiado hasta para ti, estos tipos no son tan difíciles de manejar. – Takeomi, quien se encontraba no muy lejos de donde Shinichiro estaba siendo épicamente golpeado, le grita con enojo ante lo que para sus ojos es claramente desconcentración por parte de su líder.
- Estoy despierto, solo estoy algo distraído hoy. – el nombrado estaba a penas de pie, un puño se dirigía justo a su rostro, pero logró esquivarlo y devolverlo con eficacia antes de girarse a responder.
- Distraído, claro. – Akashi se burló con la molestia presente en su voz. - Entiendo que te preocupas por él, pero pelea mucho mejor que tú. En vez de supervisarlo, deberías concéntrate en ti mismo y así evitar que te quiebren los dientes. – no necesitó siquiera decir a quien se refería para que su amigo entendiera.
Sano le refunfuñó y ahora sí se volteó completamente hacia quien había estado observando de reojo desde que comenzó la acción, a su bonito y muy agresivo novio que parecía estar disfrutando a lo grande destruir las extremidades de los pobres chicos de la otra pandilla. Tan solo mirar ya era doloroso, pelear con Wakasa era un infierno que no le deseaba a nadie.
Y aunque no lo quería admitir, Takeomi tenía razón. No tenía ningún sentido el preocuparse por Wakasa si era de los más fuertes del grupo, pero no podía evitarlo, no le gustaba que lo lastimaran (aunque eso en realidad casi nunca pasaba, era más que nada la paranoia). Además, no habían logrado hablar mucho antes de empezar a repartir los golpes, estaba ansioso y le estaba costando ocultarlo. Lamentablemente y con el dolor de su alma se obligó a apartar la mirada y volvió a concentrarse en la pelea, después tendría todo el tiempo del mundo para su chico.
El aludido de ojos violeta estaba de lo más bien, se había encargado de más de cincuenta sujetos en lo que llevaban de la confrontación, el tiempo fuera le hizo sentirse más emocionado y renovado para elevar su desempeño al máximo.
Se mantuvo ileso por un buen rato, hasta que vino el primer impacto en el lado derecho de su rostro por parte de un tipo enorme que reconocía como antiguo comandante de una pandilla de cuarta a la que había aplastado hace quizás cuanto tiempo, no tenía intenciones de hacerle saber que se acordaba de eso, pero el hombre comenzó a hablar:
- No bajes la guardia tan pronto, leopardo. ¿Crees que ya tienes la pelea acaso? – hablaba con demasiada confianza siendo que a su alrededor estaba lleno de cuerpos sin fuerza para continuar derribados por solo una persona.
- No solo lo creo, es que ya la tengo. – Wakasa dejó salir su bestial sonrisa y con agilidad rotó para darle una patada en la espalda al hombre que logró hacerlo caer, el peliblanco no perdió el tiempo e inmediatamente lo inmovilizó con ambos brazos atrás y la cara al suelo. – Evita fanfarronear cuando no puedes dar más que un golpe, debilucho. Te ahorrarás más de una vergüenza si tomas mi consejo.
- Tsk, el único debilucho aquí es el inútil que tienes de líder, nadie entiende por qué abandonar algo como Koudou Rengou por seguir a alguien como él. – bufó con desdén desde abajo el contrincante. Imaushi cambió su humor a la mención de Shinichiro, la sonrisa de soberbia se convirtió en una mueca que lo hacía rechinar los dientes. Dobló ambos brazos y pisoteó el cuello ajeno, haciendo gemir al hombre de dolor.
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Sucker (shinwaka)
FanfictionLos Sano se van de vacaciones con sus respectivas parejas a una linda casa en la playa, suena como el plan de verano ideal, excepto para Shinichiro. El líder de los Black Dragons no tiene a nadie idea de a quien llevar y no quiere quedar como un per...