Capítulo 1

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Fantástico, simplemente fantástico. Shinichiro miraba el techo mientras se preguntaba en qué momento cuando sus hermanos llegaron gritando que querían hacer un innecesario viaje familiar se le pasó por la mente decir que sí.

A primera vista no sonaba tan mal, solo tendría que aguantar a tres chicos malcriados al igual que como lleva haciéndolo todos los días de su vida, pero no contaba con que ellos quisieran incluir a sus novios.

Eso sería que tendría que estar él solo contra no tres, sino seis chicos bastante revoltosos que absorben constantemente su energía vital, ¿genial no? Sonaba problemático, pero podría con ello, Shinichiro tenía un talento natural con los más pequeños. El verdadero conflicto era que en un intento de no poner todo en sus manos, sus hermanos le hicieron una sugerencia: "¿Por qué no invitas a alguien también?".

Eso era lo que lo había llevado a la situación actual, echado en la cama junto al ventilador, mientras tiraba al aire una pequeña pelota que revotaba con la pared y su mano en un bucle infinito. Shinichiro pensaba una y otra vez, pero nada. No tenía idea de a quien mierda invitar. Obviamente ellos se referían a invitar a un interés amoroso, pero él no tenía uno realmente. Jamás había logrado nada meramente amoroso con nadie, al momento de intentar formalizar algo inmediatamente todo se arruinaba, era como una maldición que buscaba dejarlo soltero y abandonado toda la vida.

Su mala suerte parecía ser directamente relacionada al hecho de que Shinichiro anhelaba de una manera increíble el estar enamorado. Nadie sabe de dónde sacó esa fascinación, supongo que se debía a que en su niñez nunca vio un ejemplo de pareja real a diferencia de la de los productos ficticios como los mangas, mantenía una idea algo irreal de lo que era el amor, pero era aceptable para la edad que tenía, su mente de infante se imaginaba el crecer y tener una envidiable relación con una linda chica. El problema llegó cuando empezó a crecer y se acercaba su adolescencia, por supuesto que su mentalidad nunca cambió, se adecúo un poco a su edad, pero la esencia del anhelo seguía igualita a la de sus inicios, gracias a eso, comenzó una tradición que se mantendría en su vida hasta el día de hoy, en su mente y por supuesto, en el consciente de sus amigos y hermanos.

La llamada tradición consistía de nada más ni nada menos que confesarse a un montón de chicas cada vez que se le presentara la circunstancia, podría ser que solo se hubieran hablado por unos minutos y Shinichiro ya la tendría en consideración para llegar a ella al día siguiente con una enorme cartulina que diga: "¿Quieres ser mi novia?". De más está mencionar que fue rechazado una y otra, y otra vez, llegaba un punto en que todos se preguntaban porque seguía insistiendo a estas alturas donde el fracaso ya tocaba su puerta sin siquiera haberlo intentado, pero Shinichiro se negaba a retirarse del mundo de las conquistas, era estúpidamente positivo y decía que su alma gemela podría estar en cualquier parte, y que se aseguraría de hacer que llegara a él.

No dejaría que nada bajara su ánimo y su esperanza de conectar con alguien, él haría todos los esfuerzos necesarios, y este viaje tal vez también era una oportunidad.

Por tanto, Shinichiro trató de pensar en si conocía a alguien que no lo haya rechazado aún para que sea su acompañante durante el recorrido, en eso vino a sus recuerdos la chica a la que había conocido hace unos días, habían intercambiado palabras desde que ella fue a dejar una motocicleta a su taller. Aunque no habían sido grandes conversaciones, esta no lo había despreciado aún, y en base a sus experiencias eso ya era suficiente para creer que tenía una oportunidad.

Con eso en mente, tomó su celular y marcó su número, esperó a que ella contestara y cuando al fin escuchó el ¿aló? con una voz aguda y femenina estaba listo para hacer su propuesta, pero antes de siquiera poder hablar la chica comenzó:

Sucker (shinwaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora