Ya es de día, el desayuno fue normal, cereal con fruta, me pongo mi ropa de luto y tomo mi paraguas, desde hace rato parece que el cielo está llorando desconsoladamente. Vamos mi madre y yo en el auto hasta llegar al cementerio y en la entrada de la funeraria se encuentran Axel y David recibiendo a la gente. El pueblo está todo reunido, cosa que no pasaba muy seguido, con las desapariciones, algunos se veían tranquilos de ver que aquella mujer se quedó entre nosotros.
Bajé del auto y miraba las siluetas negras entrando a la capilla, había un poco de neblina y la lluvia la hacía un poco peor, mi madre fue a aparcar el auto, mientras yo voy con los chicos, me acerco a ellos, David tiene los ojos hinchados, parece que estuvo llorando mucho tiempo, pero Axel se ve tranquilo aunque sus ojos han perdido algo de su luz.
-Hola chicos.-
-Hola Manthy.- me saluda Axel
-Hola Sam.- contesta David
Los tres quedamos en un silencio muy incómodo, acompañado con las gotas de lluvia sobre el pavimento ¿de qué puedo hablar con ellos en una situación como esta? Me limitare a darles mis condolencias y a entrar para escuchar la misa.
El Padre era un gran amigo de Cathrine, así se llamaba la madre de Axel, Cathrine Swenhaugen, el Padre no tiene palabras que decir, se le notaba en cómo le temblaba la voz, él la apreciaba mucho, pues era una gran mujer, muy apegada a la iglesia y a la gente. Mientras leía versículo tras versículo tratando de dar a entender la muerte de un ser amado, se puede sentir una energía opresiva como una sombra sobre todos nosotros, en las miradas se leían las palabras y pésames de todos, fue media hora donde el silencio habló por todos, más allá de lo que se predicaba.
Después de la misa vamos a enterrar a Cathrine, Axel y David van cargando el ataúd por la parte delantera y otros familiares y amigos, incluido el Padre, lo sostienen por detrás, sin importarles la lluvia ellos cargan a su amada amiga, compañera, hermana y... Madre.
Avanzamos lento entre los jardines enlodados de la funeraria, hasta un hueco profundo en la tierra. Ya puesto el ataúd en su lugar Axel se dispone de decir unas palabras antes de comenzar a enterrarla, algo que no me esperaba de él.
-Cathrine Swenhaugen, ¿Qué puedo decir de ella como persona que ustedes en este pueblo no conozcan ya? Mejor les diré como era ella como madre, se podría decir que no necesitamos ir a un colegio militar, porque la teníamos a ella, era muy estricta en todo sentido, todo debía estar en orden, cada tipo de ropa debe estar guardado en su respectivo cajón, ella era de las madres que se quedaba despierta, hasta que llegábamos a casa cuando íbamos a alguna fiesta, sin importar que llegáramos a altas horas de la madrugada y que a pesar de eso, se tomaba la molestia de darnos el desayuno a la mañana siguiente para ir a la escuela, o al trabajo, sin importar que hubiera dormido pocas horas. Era una madre inteligente, siempre sabía que habíamos hecho algo malo, solamente viéndonos las caras, era una madre amorosa y muy emotiva, recuerdo una vez que caí de mi bicicleta y me hice daño en la rodilla, comencé a sangrar y ella termino llorando primero que yo, porque pensó que había fallado en protegernos- Mira al suelo con una sonrisa, reviviendo esos momentos por última vez - ella era una madre... retiro lo dicho, ella es una madre ejemplar, ella vive dentro de nuestros corazones, y como ella prometió, jamás nos dejará solos, mírense todos, el corazón de nuestra madre es tan inmenso que logro darnos un pequeño pedazo de él a cada uno de nosotros aquí en el pueblo, así que lo único que me quedar por decir es... gracias mamá.- su voz estaba temblorosa pero su mirada firme.
Todos dan un leve aplauso por sus palabras.
-David ¿vas a decir algunas palabras?- Axel mira a su hermano intentando mantener la compostura.
-Lo siento hermano, tengo tantas cosas que decir pero tengo un nudo en la garganta, disculpa.- David agacha la mirada.
-No te preocupes.- le dice poniéndole una mano en su hombro.
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Epitafio de un ser amado
ParanormalPerder a un ser querido es lo peor que le puede suceder a alguien... ¿verdad? Cinco años después de que Alexander fuera a estudiar al extranjero, tiene que volver a su pueblo natal Townshend en algún lugar de Noruega para ir al funeral de su Madre...