Onis.

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Gabriel estaba andando por el bosque mientras miraba a sus alrededores, la prueba de los cazadores empezó y ahora debía sobrevivir una semana y bajar de la montaña.

Mientras caminaba, notaba como en el cielo, habían destellos constantes y algunas bolas en llamas, supuso que quizás eso se debía a que los onis voladores intentaban salir de la montaña volando y esos destellos son esos onis impactando contra la barrera.

La rubia entonces dejo de mirar al cielo y continúa su camino, mientras avanzaba, sentía la presencia de algo cerca, sabe que es una presencia hostil por lo que supuso que eso debía ser algún oni carca de ella.

Esta colocó su mano sobre la empuñadura de la espada y luego empezó a escuchar como habían movimientos en los arbustos y en las ramas de los árboles.

Ella solo se concentró para encontrar el origen y después dio un salto para la derecha, notando que había algo que impacto en donde estaba parada.

Cuando aterrizó, noto que el viento retiraba el polvo y revelaba a un oni, esté tenía el aspecto de un hombre joven, pero sus colmillos eran más grandes, su piel era gris y de su cabeza brotaban dos cuernos.

El oni al ver a Gabriel solo gruñe igual que una bestia y nuevamente se lanza contra ella.

Gabriel solo realiza una pose y luego respira.

-Respiración de la llama, segunda postura...-Gabriel evade el ataque, pero mientras el demonio estaba en el aire, Gabriel realiza un corte lateral, despojando al oni de sus brazos y su cabeza-Sol de flamas ascendentes-

Tras lo dicho por la serafín, ella ve como el cuerpo del oni se va convirtiendo en cenizas junto a la cabeza.

Ella solo continúa su andar para pasar el examen, sabe que los demonios estarán al acecho y Rengoku ya le había dicho que los demonios estarían hambrientos después de un año sin comer.

Gabriel se la pasaba tranquila el examen, por las noches cazaba a los demonios que pudiese y dormía en algunos árboles de glicinas que aparecían, y por el día avanzaba más por la montaña.

Durante tres días, estuvo muy tranquila combatiendo, esto porque a diferencia de los demás seleccionados, ya tenía experiencia de combate y participó en dos grandes guerras celestiales, así que para ella, esto era un paseó por las montañas.

A la cuarta noche, Gabriel estaba comiendo cerca de un pequeño riachuelo, ya casi estaba a nada de llegar a la base de la montaña y después de ello se convertiría en una cazadora.

Después de comer empieza nuevamente a caminar, por lo que decidió descansar cerca de un árbol, ella sabe que los onis no se atreverían a acercarse debido a su pequeña fama que estuvo cultivando en estos días, pero aún así, se mantenía alerta por si algún valiente lo intentaba.

Tras unas horas, ella estaba durmiendo, cuando el sonido de pisadas fuertes la despertaba, no sabía si habían pasado horas o minutos, pero ella desenvaino la katana en caso de ser necesario.

Avanzó unos metros fuera del árbol y entonces notó que a varios metros de ella, había una presencia aterradora.

Ella camina con sigilo para evitar ser detectada y ve que entre los árboles, se logra apreciar la silueta de un gran zorro de 9 colas.

Esté zorro no se parecía en nada a los kitzunes normales... Su pelaje era negro, sus ojos eran rojos, su cuerpo estaba delgado y algo deforme, y de su cabeza brotaban algunos cuernos.

Ella estaba sorprendida de ver a ese ser, pero entonces recordó algo que Rengoku le había dicho.

5 días antes

Corona de espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora