La noche

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El arrepentimiento viene después de haber hecho mal las cosas, el arrepentimiento viene después de haber perdido todo por nada.

          
        -Torrancek-






















La noche empezaba a caer, y un niño con la cabellera castaña que vestía una camisa algo holgada, un chaleco algo gastado, unos pantalones azules y unas botas estaba sentado junto a una bolsa con algunas cosas.

El niño estaba esperando a su madre después de que una nota de parte de ella le dijera que quería que le acompañará a un viaje que tendría para una ciudad.

El niño sin dudarlo se arregló para ello y después de llegar al lugar donde su madre lo buscaría, esté se quedó sentado esperando.

Mientras esperaba, el niño solo podía imaginar que clase de cosas vería, nunca había salido de los territorios de su hogar y la idea de visitar un nuevo lugar era emocionante.

Pero el tiempo pasaba y el niño solamente veía como las nubes se movían y como el sol se ocultaba.

empezaba a ponerse nervioso, pues a el nunca le había gustado la oscuridad...su madre siempre le decía que se escondían seres horribles durante el día para después salir en la noche, y que les hacían daño a los niños si no se dormían...y justo ahora estaba teniendo miedo de que uno de esos seres viniera a atacarlo...el pequeño pensaba en mejor regresar, pero comenzó a escuchar unas ramas quebrarse, él con una mirada alegre esperaba que fuera su madre...pero rápidamente tuvo que esquivar unas lanzas de luz que casi le atraviesan la cabeza

Él no entendió qué o quién le había atacado, pero pronto su respuesta llegó al ver a tres mujeres y dos hombres, no se veían sus rostros por unas máscara que les tapaban la cara y vestían con atuendos negros que únicamente marcaban diferencia de individuos, gracias a que las mujeres tenían más curvas que los otros dos.

Pero el al ser un niño, no se fijaba en eso y lo único que sabía, era que esas personas le querían hacer dañó...los extraños habían invocado lanzas y espadas de luz, y el niño solo hizo lo que cualquiera haría...se lanzó a correr mientras sus atacantes le perseguían

Los extraños le arrojaban sus espadas y lanzas con la intención de pararlo o herirlo, pero el siempre lograba evadir sus ataques...sin embargo el pequeño corría a lo que sus piernas le daban y mientras lo hacía, lágrimas de terror salían de sus ojos mientras esperaba que su madre llegará para salvarlo de esos monstruos

-¡Mamá, ayúdame!-gritaba el niño esperando a que su madre viniera y lo salvará...pero no aparecía y las lanzas no dejaban de llegar

El niño ya se estaba cansado, pero debía de seguir corriendo y en un descuido, una de las chicas había arrojado una lanza de luz y  esté tropezaba un poco.

Como si fuera en cámara lenta, su miedo aumentaba a cada momento que la lanza se acercaba más hasta que impacte en él.

Los atacantes pensaban que ya lo tenían y el niño solo empezó a liberar lágrimas mientras un único pensamiento había en su mente.

-(¡MAMÁ, SÁLVAME!)-pensó con gran miedo en sus ojos al momento de ver que la lanza se acercaba a su pecho.

Pero algo sucedió... No hubo dolor, ni agonía... Solo vio una luz dorada que lo cegó un momento a él y a los atacantes, una luz que le empezó a brindar una atmósfera acogedora y pacífica.

Corona de espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora