❥ Uno

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28 de Septiembre del 2017

Eleonor

Lo observó, con un libro en su mano,  sentado debajo de un árbol que lo cubre del caluroso sol.

Hoy es un día en donde el sol sale intensamente, sin importar que sea invierno, sin importar las sombrillas y abrigos calientes que llevan los alumnos en sus manos.

Él castaño sigue leyendo, no le importa que varias chicas pasan a su lado sonriendo, coquetas, jugando con su cabello.

¿Cuáles son sus pensamientos?

¿Por qué nunca sonríe?

—Preguntemos a aquel chico —hablo con Silvia que se acerca a mi con una libreta en sus manos.

—No —responde de inmediato.

—¿Por qué? —pregunto

—Es un chico nuevo, no aportará nuevas ideas.

—Quisiera preguntar que color le gusta, tal vez podría quedar bien el día de la graduación.

—¿Te gusta?

—No, solo quiero conocerlo. Es el chico nuevo, me gustaría saber más sobre él.

Ella sonríe mientras lo mira.

—No está nada mal. Tiene un cabello lindo y sedosos, sus ojos son redondos y es alto, nunca lo he visto sonreír. Tal vez no tiene un diente. Y tiene un cuerpo robusto, es perfecto —suspira —, para ti.

—No —hablo exagerado para que la pelinegra con lentes grandes deje de hablar

—¿Has visto a Diego? —pregunta mientras saca su celular de su mochila color morado —Ay dios —ella se levanta —Diego está metido en otra pelea, su ojo está morado.

No quiero verlo, siempre está metido en peleas y yo tengo que salvarlo, pero hoy no, hoy quiero estar en calma.

—Ve tú, estoy cansada —hago una mueca y miro como ella se levanta con dificultad y comienza a limpiarse, la hierva se ha quedado en toda su falda.

—Ya vengo —ella corre ha salvarlo.

Mientras tanto, yo juego con la hierva y encuentro una flor pequeña, la arranco y comenzó a deshojar sus pétalos —hablo con él, no hablo con él —me mantengo así hasta que en el último pétalo sale el si.

Me levanto junto a mi libreta con un poco de temor.

—Hola —me acerco en donde se encuentra aquel chico.

—¿Hola? —responde confundido.

—Estoy haciendo un encuesta, necesito saber que color es el que más te gusta.

—¿Para qué?

—Bueno, esto nos ayudará para la fiesta de fin de año, yo y otras amigas estamos recopilando datos para que todos y todas se sientan bien ese día.

Él se queda en silencio.

—Bueno si no deseas hablar.

Me giro e intento seguir con mi camino hasta que lo escucho.

—Hable con una amiga tuya y dijo que esa idea estaba pésima, así que no creo que pueda aportar algo.

—Dime tu color favorito —me giro y lo miro.

—¿Para qué? —pregubra confundido.

—Solo dime.

—Amarillo —lo dice de una forma triste, cómo si aquel color le causará tristeza o recordara algo que realmente amaba.

—Lo tomaré en cuenta.

—¿Estás segura?

—Si.

Ambos nos miramos hasta que el sonido de la campa interrumpe nuestras miradas.

El último baile bajo las estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora