𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃

II┇Silly french boy

Me levanté de inmediato limpiando mis lágrimas.

-¿Eh? ¿Quien eres tú?

-Je m'appelle Jerry, Jerry baynard. (me llamo Jerry, Jerry baynard) -Sonrió.

Bien, me quedo claro que si es Francés.

Fruncí el ceño al reconocer el significado de su apellido.

-Su apellido significa temerario... -Hablé para mí. Creo que no entendió lo que dije, porque me dio una mirada confundida. -Nada. Y... ¿Y que haces aquí? -Intenté disimular mis anteriores lágrimas.

-Yo trabajo aquí. -Apuntó su rastrillo. -Estaba descansando y la oí llorar. ¿Sucede algo? -Parecía preocupado.

Mierda. Debía hacer algo para que se olvidara de eso. Algún tipo de distracción...

-¡¿Cómo te atreves a fisgonear?! -Grité con enojo fingido.

Él me miró confuso.

-¿Fisgo que? -Su voz entonaba un acento francés muy marcado.

Limpié mí vestido por el heno del suelo.

-¡Fisgón!

-Disculpe Señorita. No sé lo que es ser fisgón. -Alzó sus hombros. -Pero si quiere puedo quedarme aquí con usted. -Dió una sonrisa.

«Okey. Eso fue tierno.»

-No. Vete.

El frunció el ceño.

-¿Parce que? (¿Por qué?) -Ladeó la cabeza.

-Parce que je veux être seul. (Porque quiero estar sola) -El me miró con sorpresa después de haberle respondido.

Pareció incluso alegrarse.

-¿Usted habla francés? -Ocultó una sonrisa.

Asentí con la cabeza.

-Habló un poco de francés. Apenas un par de frases y palabras. -Intenté sonar seca. Me crucé de brazos. -¿No te he dicho que puedes irte? No quiero hablar con nadie ahora. -Empecé a mover mí pies impaciente.

A él pareció no importarle lo último que dije.

-Además de bonita, habla francés. -Intentó susurrarlo.

Abrí mis ojos sorprendida por aquello. No era algo que esperaba escuchar.

«¿M-me dijo bonita?... ¡¿Me acaba de llamar bonita?!»

-¿C-cómo dijiste? -Tragué saliva con rudeza

Él se acercó riendo.

-Dije que es muy bonita, señorita. -Se apoyó en un pilar de madera, dando una mirada tentadora.

Gire mis ojos.

-Oh. Eres uno de esos casanovas. Bien. Conmigo eso no funciona, chico. -Lo miré directamente a los ojos.

El se acomodó en su lugar.

-¿Un hombre no puede cortejar a una bella señorita? -Siguió jugando y moviendo sus manos mientras hablaba.

«Estos comportamientos "coquetos" me hacen sacar de quicio.» Reproché en mí mente.

-Que tontería... -Negué mí cabeza. -Agreadecería que no fueras tan atrevido.

A él pareció molestarle esta vez que dijera eso.

-Y yo agradecería que fuera más amable...