Yo ya no escribo.
Al menos no para ti, chica girasol.
Hoy vi a una niña con un vestido como el tuyo.
No de flores amarillas, ni un sombrero muy gracioso,
ni con tantas pecas que resaltaran su rostro.
En realidad solo tenía flores,
pero no es de eso de lo que quiero hablar.
Yo ya no toco el piano, chica girasol.
Ahora me dedico a aprender acordes de guitarra,
porque creo que el piano era muy melancólico para mí.
En realidad lo dejé porque solo podía tocar canciones tristes
que me recordaran a ti, y a tu pelo de colores.
Yo ya no voy al museo.
Siempre me pareció aburrido, porque la única pieza de arte
que valía la pena ser contemplada me había acompañado hasta ahí,
y me tomaba de la mano.
Ahora voy al teatro.
En realidad trato de actuar.
James me está enseñando, ¿puedes creerlo?
Yo ya no uso la libreta que me obsequiaste para mi cumpleaños;
aquella en la que dibujaste un girasol y olía a dulces de limón.
Me temo que me la he terminado con poemas escritos para otra tú,
alguien a quién quise mucho.
Mucho, mucho, mucho, mucho. Como no te imaginas.
Yo ya no te extraño, mi chica girasol.
Estoy listo para decirte adiós.
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Flores
PoesieVivencias cortas de un corazón marchito. La imagen de la portada pertenece a prinsomnia.