La noche previa al vuelo

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La noche me había obligado a caer en sus garras, la puerta de mi habitación tenía un extraño color rojizo y una marca que en la oscuridad distinguí como como una mano, delgada y respingada ardiendo en llamas; recordaba haberme acostado en cama, pero ahora, ¿estaba sobre una tabla?, una fría y dura tabla. Mientras analizaba el entorno que ahora estaba ante mis ojos, un extraño humo gris comenzó a rondar por mi habitación o más bien por la que debía ser mi habitación, que ahora era indiferente para mí, cubrió el techo en su totalidad y sólo una parte del suelo. Una extraña sensación de pánico me invadió, me fatigué en una cuestión de segundos, el asma, lo único que había heredado de mi padre volvía a aparecer inoportuno como siempre. Una lóbrega silueta se posó en el extremo de la habitación, parecía pertenecer a una mujer de edad, sus ojos atezados se clavaban justo en mi rostro, sus piernas comenzaron a dirigirse a mi posición.El crujir de la madera hacia juego con el ruido que desprendían sus rodillas, exhalaba una especie de calor que a medida que recortaba la distancia entre nosotras comenzaba a sentir ardor y quemaduras en mis extremidades. Su rostro no se me hacía familiar pues lo llevaba cubierto con un velo, pero había algo en su estatura que se me hacía extrañamente conocido. Extendió sus brazos en busca de mi rostro, tenía las manos desgastadas, arrugadas y envejecidas. Rozó su mano con mis pómulos y retiró sus dedos de inmediato para remover su velo, lo desenganchó de sus orejas pausadamente y lo dejó caer al suelo.

Estaba impresionada, una sensación trémula se exhibió en la habitación, mi abuela estaba parada a escasos centímetros de mí. Hacía ya cinco años que no hablaba con ella, no sentía su rostro, no inhalaba su exquisito aroma pues hace cinco años ella había muerto.

Me detuve a cuestionar la situación por unos segundos, me sentía asustada, sin embargo, el pánico que había sentido minutos antes se había disipado, espere a que mi corazón se desacelerara y me decidí a hablar con ella.

- ¿Qué sucede abuela? -pregunté,un enorme nudo se postró en mi garganta.

Sus labios se movieron pero no expulsó palabra alguna. Intentaba hablarme pero no le era permitido, me tomó en sus brazos y una gran cantidad de lágrimas inundaron su rostro.

- ¿Qué sucede abuela? -pregunté de nuevo.

Entorno su rostro hacia mi dirección y con un gran esfuerzo respondió- Estas en peligro Suzanne-debes quedarte.

- ¿Es por el viaje abuela? ¿Temes que pierda la vida en un vuelo como sucedió contigo?­-Comencé a interpelar.

- ¿Perder la vida? -respondió en un tono extrañamente burlesco.

- ¿parezco estar muerta acaso? -añadió con sarcasmo.

Me quedé sin preguntas, y no había recibido sin ninguna respuesta, Mi abuela había muerto en un accidente, mi abuela había perdido la vida en un avión, la había visto dentro de un ataúd, estuve presente en su funeral, había llorado por ella y ahora resultaba que estaba viva, cinco años después aparece aquí y me dice que jamás murió.

- ¿Qué quieres de mí? -la interrogué nuevamente.

-Quiero que evites el viaje a toda costa. -replicó mientras se acomodaba nuevamente el velo.

- ¡No lo haré!¡Es mi viaje, es mi vida! -grité infectando toda la habitación con la rabia que me consumía.

-No se trata de una cuestión simple, si decides viajar aceptas las consecuencias, afrontarás el destino que nunca quise para ti-sollozó indignada con mi actitud.

-No puedo confiar en alguien que me mintió por cinco años, voy a viajar, es mi decisión.

-Fue por ti, tú fuiste la razón de todo.

-Un viaje no significará nada-añadí.

-Para ti será lo será todo, incluso el fin.

La imagen de mi abuela comenzó a disiparse, y en cuestión de segundos mi habitación volvió a ser la misma, todo parecía normal a excepción de la pequeña hoja de papel negro cortada a la mitad que se situaba entre mis dedos.

VUELO MORTAL [En pausa] / #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora