Capítulo 2- La primera vez que la vi

6 1 0
                                    

        Narrador: Dylan Esquivel

Cuando tenía 10 años....

Estaba en el jardín de mi casa, pasaba mi mayoría del tiempo allí, ya que mis padres estaban discutiendo casi siempre, deberían de separarse ya, pero son el “Matrimonio perfecto” por lo sé, no se van a divorciar hasta que (en mi opinión) sea el momento.

Estaba jugando al baloncesto, había un aro colgado en la parte de arriba de nuestro garaje, lo que más me gustaba no era jugar al baloncesto, sino que me gustaba ver a una pequeña niña que creo que tiene unos dos años menos que yo, ella estaba en su pequeño escritorio escribiendo, siempre la veía escribir algo no sé qué sea, pero siempre escribía, sentía mucha curiosidad.

Así que un día me acerque a esa ventana y llame con mis dedos a su ventana, la pequeña niña, cuyo nombre no sabía, se asustó y abrió la ventana.

- ¿Qué haces aquí? - Me pregunta entre asustada y enfadada. Era muy tierna

- Hola me llamo Dylan. ¿Y tú?- Le digo y me mira fijamente

- Me llamo Elena, y no puedo hablar contigo- Me dice con esa voz menos asustada parece que tiene una bonita voz.

- ¿Por qué no puedes hablar conmigo, Elena? - Digo con una sonrisa

- Papa me ha dicho que eres malo y que no me junte contigo- Y parece que termina la conversación ya que cierra la ventana.

Intento llamar otra vez, pero me ignora asique decido volver a jugar baloncesto.

Pero seguía pensando por qué su padre le ha dicho que soy malo, no lo entiendo asique se lo pregunte a mi padre.

- Papa, ¿Porque cuando he intentado hablar con la vecina ella me ha dicho que su papa le dijo que soy malo?

- Porque su padre me odia y no te confundas porque el odio es mutuo, Dylan.

A veces no me gustaba hablar con mi padre siempre te miraba con rabia y no me gustaba hablar con él por eso pasaba de él, mi madre siempre me ha dado el amor que me faltaba y que no me ha dado mi padre trabajando y trabajando, intentando superar a el profesor Bernal, el vecino, alomejor por eso no dejaban a esa pequeña niña jugar y hablar conmigo le han convencido de cosas equivocadas y estoy enfadado con ella por eso, por creerles sin conocerme.

Me encargare de intentar conocerla y que ella se arrepienta de haberme juzgado sin conocerme.

Perdidos en un amor sequioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora