★彡Dentro de la luz de las hojas彡★

🍃 𓂅 Capitulo 03 住🌱

Su boda fue un completo caos.

Oh, fue hermosa y un recuerdo que se recordará con cariño a lo largo de los años, pero también fue un pandemónium total.

Los aldeanos estaban alegres y alborotados, utilizando la boda de su Hokage como excusa para ser ruidosos y salvajes y embriagarse. Los cielos de Konoha explotaron continuamente con luces brillantes y fuegos artificiales durante tres días, y de vez en cuando alguien decidía encender al azar un Katon jutsu para bañar el cielo nocturno con llamas anaranjadas en forma de los símbolos del clan Senju y Uchiha.

Los bijuu también insistieron en asistir a la boda, y los aldeanos se quedaron mirando a la gente de colores extraños que se arremolinaba alrededor de Hikaru-hime con aire curioso, porque eso eran garras y colmillos que asomaban entre sus ropas, ¿no?

Mientras tanto, Madara armó un completo escándalo después de su tercer vaso de sake y casi quemó una parte de la aldea en su estado petulante. Los demás miembros de los Uchiha encorvaron la espalda y fingieron no conocer a su delirante jefe de clan.

Fue Tobirama quien se dirigió a Madara y le llamó "vergüenza absoluta", dejando caer un lago de agua sobre su cabeza. A continuación, sacó al Uchiha de su estado de embriaguez y lo llevó a algún lugar para que se enfurruñara con la ropa mojada.

No se les había vuelto a ver desde entonces.

Izuna hizo muchos amigos en su estado de embriaguez, desafiando a un Son Goku disfrazado a un concurso de beber mientras Matatabi y Choumei los animaban. Mito y Touka se limitaban a sonreír a un lado y a ver cómo se desarrollaba la destrucción, y arrullaban a los recién casados cuando les llamaban la atención.

Hashirama y Hikaru, por su parte, desaparecieron en cuanto pudieron.

Si bien es cierto que les apetecía estar una semana a solas, lo único que querían era alejarse de la gran destrucción que la ceremonia había causado en la aldea.

"Espero seguir teniendo una aldea en pie después de esto". murmuró Hashirama, encogiéndose de hombros con su túnica blanca ceremonial.

Hikaru se rió, tirando de la cinta de seda del pelo castaño de su marido y dejándolo libre. "No te preocupes, anata. Los jefes de clan seguían sobrios. Creo que podrán aguantar una semana sin ti".

"...Repite eso".

"¿Hm?" Hikaru parpadeó y sonrió ante la suave mirada de Hashirama. "Oh... ¿anata?"

Ella chilló y soltó una risita cuando él tiró de ella hacia delante, con la boca capturada en un beso feroz.

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En el segundo año del reinado de Hashirama, los Senju ya tenían a su matriarca.

Hikaru fue reconocida formalmente como Senju Hikaru y se trasladó al complejo del clan de su marido. Todavía pasaba tiempo en la casa principal de los Uchiha, pero estaba ocupada sobre todo en cargar con la mitad del liderazgo del clan Senju junto con Tobirama y las responsabilidades de ser la voz de Hashirama en el clan cuando él no estaba disponible.

La animosidad entre los Senju y los Uchiha prácticamente desapareció. Los Uchiha se resignaron al hecho de que una de las suyas estuviera casada con un Senju, y además con el jefe del clan. Aceptaron que Hikaru-hime considerara el clan de Hashirama como propio, y si había algo que los Uchiha se tomaban en serio, era la familia. Y por eso se esforzaron más en considerar a los Senju como aliados, tratando de acercarse al clan que una vez fue su mayor enemigo. Por supuesto, había algunos sentimientos amargos y resentidos que quizá nunca desaparecieran, pero lo estaban intentando y eso suponía todo el cambio del mundo.