★彡Dentro de la luz de las hojas彡★

🍃 𓂅 Epilogo 住🌱

Advertencias: destrozar el canon, destrozar a Fugaku (y sí, desafortunadamente él es el chivo expiatorio en este fic), crack general y caos por todas partes.

Emparejamientos: femHarry/Hashirama, MadaTobi, MinaKushi, KakaObi, OroSaku/OroJira, y cualquier emparejamiento que tu cerebro quiera conjurar

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"No estamos envejeciendo".

Madara gritó y lanzó un katon jutsu al Senju de ojos rojos que apareció de repente en su habitación. Mientras se desnudaba. Tobirama roció perezosamente la bola de fuego que se dirigía hacia él con una débil técnica de agua, la acción estaba arraigada después de haber recibido este tipo de reacción de Madara durante años ya.

"¡SENJU! ¿Qué coño? ¿Nunca has oído hablar de la privacidad, enfermo y pervertido hijo de puta?"

"No hay nada ahí debajo que no haya visto antes". Dijo Tobirama señalando con el dedo y Madara lo fulminó con la mirada antes de volver a escenificar su pasatiempo favorito de fingir ignorancia ante las palabras de Tobirama.

"¿Qué es tan grave que necesitabas entrar en mis aposentos a plena luz del día?" Preguntó Madara con un toque de sarcasmo, echándose un yukata al hombro porque era una persona civilizada que prefería tener la ropa puesta frente a la compañía a diferencia de algunas personas...

En lugar de morder el anzuelo, el ceño de Tobirama se frunce.

"¿Qué?", se calmó Madara, frunciendo las cejas ante la tensión de los ojos de Tobirama. "¿Tan en serio?"

Un asentimiento distraído fue su respuesta.

Era grave, en efecto, y tras escuchar la preocupación de Tobirama sin la actitud acerba que solía mostrar, Madara suspiró y se cruzó de brazos, pensativo.

"Esto tiene una persona escrita por todas partes, ¿no crees?". Dijo retóricamente el jefe de los Uchiha, y los labios de Tobirama se torcieron en una sonrisa reticente, ambos mirándose con complicidad.

"¿A la casa de Hashirama, entonces?"

"Vamos."

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Senju Hikaru dejó a un Hekishoku dormido en su cuna, con los ojos verdes abiertos ante la pregunta de su hermano y cuñado. A pesar del marcado contraste entre ellos -con Madara de negro y rojo sangre y Tobirama de blanco y azul oscuro-, ambos tenían la misma mirada en sus rostros; cuidadosamente inexpresiva, ojos inquisitivos, el conjunto de su boca levemente torcido en un ceño.

Hikaru sabía que no apreciarían la comparación a pesar de que toda la aldea sabía lo que ocurría a puerta cerrada, así que ocultó una sonrisa y se dirigió a su pregunta.

"Creo que podría tener la respuesta que necesitáis". Dijo Hikaru, asintiendo.

Hacía tiempo que había contado sus orígenes a sus hermanos, sobre la Muerte y las profecías y la magia. Y aunque se sintieron molestos y traicionados por el hecho de que se lo contara primero a Hashirama y no a ellos cuando eran más jóvenes, habían sido muy comprensivos con la carga que llevaba, y ella los quería aún más por su fácil aceptación.

"Tiene algo que ver con mi... estado anterior". dijo Hikaru, ajustando la manta de Hekishoku cuando éste empezó a alborotarse mientras dormía. "No es nada peligroso ni permanente. Sólo... ralentiza todo".