𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈

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EL BUFON DE LA CORTE, CHAMPIÑON siempre había relatado de una forma distinta a los maestres, la vida y los asuntillos de los Targaryen pero había algo en lo que ambas partes habían coincidido fue en los gritos que Rhaenyra Targaryen había soltada cuando había dado a luz a su segundo vástago.


Rhaenyra que había estado de parto durante al menos dies horas, había estado llorando, sudando, sangrando, caminando y apenas despierta para poder dar a luz a su segundo hijo, maldiciendo a su amante por hacerle pasar esto nuevamente.

El Emperador Viserys Targaryen, y el padre de la chica que estaba dando a luz en estos momentos estaba muerto de los nervios, ya había pasado por un momento así cuando murió su amada esposa la emperatriz Aemma dando a luz a su primogénito barrón, quien por desgracia había muerto minutos después que su esposa.

A Viserys no le importaba en eso momentos todo lo que había hecho su hija y el como había destruido su reputación al dar a luz a un bastardo, no importaba en que situación fuera, no importaba que Laenor hubiera estado de acuerdo, ella debería de haberlo sabido mejor, era una princesa, la princesa heredera y era una mujer casada.

Lo que había hecho estaba mal, no importaba cuanto quisiera a Jacaerys el niño solo le había traído más problemas que beneficios a Rhaenyra, sabía de los gustos de Laenor y el tipo de relación que tenía con su hija, pero ambos debieron intentar cumplir con su deber no importaba que tan repulsivo les resultará.

Pero ahora aquí estaba esperando a su segundo nieto y esperando que este niño fuera el de Laenor o si no tendría que darles una explicación a los Velaryon de por su heredero se parecia más al hija de su mano que al propio Laenor o que el niño tuviera sufrientes rasgos Valyrios para hacerlo pasar por un Velaryon.

Sería fácil casarlo o casarla con un miembro de la familia Velaryon para que no hubiera problemas de sucesión con respecto a que un no Velaryon se siente en su trono y gobierne sus tierras.

Otro que estaba nervioso era el esposo de la princesa, según cuenta Champiñon, era porque quería que esta vez el niño si se pareciera a el, porque con su primogénito, bueno tenia más parecido con el guardia real de la princesa que a él mismo o incluso a ella misma.

Más equivocado no estaría, a Laenor poco le importaba las aventuras de Rhaenyra y mucho menos los bastardos resultantes de ellas, a Laenor le preocupaba el estado de su amiga, sabía lo peligroso que podía ser el parto y le aterraba perder a su mejor amiga de tal manera.

Laenor solo pudo ver al amante de su esposa en la puerta con expresión preocupada, Laenor no sabía si era por Rhaenyra o su hijo, pero a él no le importaba mucho, lo único que le importaba era que el idiota no podía disimular su preocupación.

¿Acaso no sabía que esto aumentaría los rumores sobre la bastardia de su hijo? ¿Era tan estúpido?.

Esperaba sinceramente que Jace no heredará más que la fuerza y la apariencia de este hombre por que sino su pasifica vida se volvería menos pasifica, no es que ya no lo fuera, desde el nacimiento de Jace su vida pasifica había desaparecido por los malditos rumores y la apariencia del niño, ¿Porque no pudo parecerse a Rhaenyra? La vida hubiera sido más fácil si el niño se pareciera a su madre.

Esperaba sinceramente que este niño se pareciera a Rhaenyra o el infierno se desataría de nuevo, ya tenía suficientes problemas de los que preocuparse con la reina y su constante aumento de poder y la completa ineptitud de su esposa cuando se trataba de su cargo de Heredera del Trono como para agregarle los problemas sus problemas.

Sabía lo que pasaría si el niño se pareciera en algo a Harwin, su madre repudiaria al niño sin importarle que fueran familia, su padre estaría decepcionado de el por no haber cumplido con su deber, el ya había visto como reaccionaron sus padres al conocer a Jace y no quería repetir la escena por segunda vez, ya tenía suficiente que aguantar con los nobles idiotas que no conocían su lugar.

Si tan solo se los pudiera dar de comer a Bruma, la vida se volvería más fácil más fácil pero no podía, solo podía pagar a uno cuántos asesinos para deshacerse de esos inútiles nobles, claro además del veneno.

[•••]


— Por favor... sal – suplicó la princesa; no sabía a quién... a su bebé no nacido, a Laenor, el maestre, no podían decirlo solo quería que esto acabara.

Rhaenyra contó hasta que se perdió en los números en su bruma por el dolor. Rezó todas las oraciones que se había aprendido, maldijo a todos los dioses viejos y nuevos por venir.

Se culpó a sí misma por no haber dado ningún paseo antes de lo debido, como le habían sugerido los maestres y las septas, ‘para acomodar su cuerpo’ había dicho el Maestre.

¿Cómo iba a saberlo? Cuando ella había dado a luz a su primogénito Jacaerys, ella había estado sobre los lomos de se dragón cuando había rompió fuente, y su nacimiento fue sencillo, unas cuatro horas de trabajo de parto, pero no inquietante en comparación con lo que está experimentando en este momento. Mientras se empujaba al límite.

Culpaba a su amante por hacerla pasar por esta agonía, después de todo ella y apenas y compartían cama, las únicas ves que lo habían hecho fue cuando el estubo lo suficientemente ebrio como para hacer que se acostara con ella y no fueron muchos que digamos.

Cuando estuvo a punto de colapsar sintió la cabeza de su bebé, y finalmente, lloró de dolor y alegría mientras respiraba una vez más y empujaba una vez última vez.

Dejó escapar un grito desgarrador que se había oído por toda la fortaleza roja, haciendo estremecer a los que llegaron a oír tal grito que había soltado su princesa.

Para su alivio de Rhaenyra su bebé por fin había nacido, las lágrimas no pudieron evitar brotar libremente de sus ojos al ver a bebe gimiendo por la incomodidad de recién haber nacido.

Su pequeño bebé que habia dejado escapar un grito que rivalizó con el suyo propio a la hora de venir al mundo.

— Es una niña, majestad  – cuando la criada le había dicho aquellas palabras Rhaenyra había olvidado todo el dolor que estaba sintiendo.

Mirando a su recién nacida hija no pudo evitar sentir tristeza al saber el destino que le deparaba la vida a su hija solo por haber nacido mujer, pero también había sentido un incomparable amor por este pequeño ser; mientras Rhaenyra veía el rostro de su bebé se prometido que ella no tendría que sufrir lo que ella sufrió solo por haber nacido mujer, ella le daría a su hija lo que ella jamas podriá tener "libertad"

Mirando a su recién nacida hija no pudo evitar sentir tristeza al saber el destino que le deparaba la vida a su hija solo por haber nacido mujer, pero también había sentido un incomparable amor por este pequeño ser; mientras Rhaenyra veía el rostr...

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⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

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