Era un día como cualquier otro para los cazadores de leyendas como así se hacían llamar. La organización secreta se encargaba de cuidar a la población de la amenaza de todo tipo de entidad maligna así como nahuales, lloronas, diablos, chupacabras, alebrijes fuera de control, aluxes, duendes, entre otros.
Este día era uno de los más ocupados para la organización, el día en que todos los muertos regresan del Mictlán a visitar por unos momentos a sus seres queridos o quien quiera que le hubiese puesto un altar.
Es una hermosa tradición sin embargo nunca falta el cabeza de chorlito que le hace un altar a alguien que no lo merece o alguna persona trastornada que se le ocurra hacer brujería oscura fuera de su comprensión, invitando a seres malintencionados al plano terrenal.
Las ordenes de la sede capital eran claras, los pilares, quienes eran los lideres de cada facción de la organización, debían patrullar los panteones de las ciudades con cuidado y para evitar asustar a la gente con sus machetes y armas debían camuflarse con la multitud, mientras que los cazadores de habilidades más bajas patrullarían zonas menos concurridas
Giyuu Tomioka, el pilar del agua, caminaba por los senderos empedrados del panteón municipal, estaba apenas anocheciendo y las personas empezaban a prender velas alrededor de las tumbas de sus seres queridos.
El azabache iba vestido de catrín con su cara pintada de blanco y negro asemejando una calavera. A sus compañeros les pareció algo arriesgado llevar traje con tela lujosa a una misión que con seguridad terminaría desgarrado y sucio, pero al ojiazul no le importaba ya que quería estar presentable para acompañar a su pareja, el pilar de la flama, Rengoku Kyojuro, a darle una visita a la tumba de su madre.
- Bueno muchachos. - Dijo Uzui Tengen, el pilar del sonido quien iba vestido de luchador con una vistosa mascara empedrada color plata. - Yo daré vueltas por la entrada norte, ustedes por centro y sur. -
- Va, nos reuniremos contigo en la entrada cuando salga el sol. - Accedió Kyojuro, quien iba vestido de la misma manera que Giyuu para combinar.
- Mas les vale no tardar, no los esperaré para robar- digo, limpiar las ofrendas. - Tratando de ocultar su negra intención por robar la comida de los altares carraspeó y dejo a la pareja sola.
Una vez que Uzui siguió su camino, Rengoku lo tomó de la mano y lo guio hacia donde yacía su madre, cerca del centro del panteón. La tumba ya estaba arreglada con un frondoso tapete de flores de cempasúchil, flores de terciopelo, veladoras y unas cuantas ofrendas de fruta y camote enmielado, el favorito de su mamá. El hermano menor del rubio los estaba esperando.
- Buenas noches Senjuro. - Sonrió amablemente el azabache.
- Una disculpa, llegamos algo tarde. - Se apenó el hermano mayor.
- Buenas noches. no se preocupen, papá vino y me ayudó a arreglar. - Dijo Senjuro, la copia exacta de Kyojuro en pequeño.
- ¿Oh, y dónde está? - El mayor volteó a los lados buscando la cabellera rubia de su padre.
- Fue por atole y tamales, regresará pronto. -
Aunque era obvio que el señor Rengoku iría a ver a su esposa en el panteón, para Giyuu aún era algo incómodo compartir espacio con el mayor debido al rechazo que sentía. A Shinjuro nunca le agradó la idea de que su hijo saliera con otra persona de la organización, mucho menos un hombre.
Jaló suavemente la manga del traje del rubio 2 veces en señal de que requería su atención. Kyojuro lo miró de reojo y supo casi de manera telepática que Giyuu le pedía que su visita fuera breve.
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RenGiyuu Week Halloween 2022
FanficEscritos para el evento de RenGiyuu week halloween del grupo de Facebook En esta ocasión los escritos solo estarán disponibles en el idioma español. Este evento si permite R18, por lo tanto algunos de estos escritos serán con esta clasificación