Al final del camino

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El tan ansiado día había llegado finalmente. El sol resplandecía en lo alto del cielo siendo adornado por las esponjosas nubes a su alrededor. Todo era perfecto.

Él había luchado mucho para lograr este final, uno donde todos sus seres queridos pudieran tener una oportunidad más, ahora era su turno de brillar, de ser feliz.

Colocándose aquel hermoso traje blanco y ajustándose la corbata, Hanagaki Takemichi dio un gran suspiro. Si, hoy era el día en el cual cumpliría aquella promesa hecha hace 12 años atrás.

El camino fue duro, nadie lo puede negar. Vio morir a más de uno de sus amigos y regreso en el tiempo para revertir aquella situación. Hubo veces en que la soledad amenazaba con consumirlo bajo sus crueles garras, pero él en ningún momento se dio por vencido, aun con todas aquellas heridas en su alma y corazón, se levantó una y otra vez, pues él era el héroe llorón de la ToMan.

Inhalo profundo, dejando que cada parte de su ser se llenara del puro aire que entraba de aquella habitación, mientras observaba con melancolía ese pequeño dije en forma de trébol que inicio todo este gran recorrido y que fue el primer detonante en su vida.

Hoy uniría su vida con la mujer por la cual inicio este tortuoso viaje, Tachibana Hinata, la mujer de sus sueños ¿verdad?

Otro suspiro pesado escapo de sus dulces labios. ¿Qué le estaba pasando? ¿no se supone que este tendría que ser el día más feliz de su vida? ¿él había luchado para obtener este final feliz, no es así? Entonces, ¿Por qué había tanta melancolía en su mirada?


Knock Knock


Unos suaves golpecitos en la puerta detrás de él lo sacaron de sus pensamientos. Dándose la vuelta y tomando asiento en una de las sillas del cuarto, se sentó e invito a pasar a la persona que se encontraba del otro lado.


― Adelante...


No paso mucho tiempo hasta que la fina puerta de roble fuera abierta y dejara vislumbrar la figura de un hermoso hombre de cabello corto y negro vestido pulcramente con un traje azul, que lo observaba atentamente.


― Takemitchi, en hora buena...


Y por alguna extraña razón, aquellas palabras punzaron su frágil corazón.


― ¡Manjiro-kun! Gracias por venir... a pesar de tu apretada agenda...



― Jaja, pero ¿qué dices? Jamás me perdería la boda de mi "mejor amigo..."


Al final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora