CAPITULO 3

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Era la tercera vez que Jay soltaba un suspiro.

Evie : estás empezando agobiarme le dijo mientras se delineaba el ojo con una precisión exacta

Jay : estoy nervioso ¿Ustedes no están nerviosos?

Carlos : si aun tengo miedo de que esté soñando

Jay le lanzó una mirada.

Mal : tranquilo todo irá bien, Lonnie es perfecta para ti

Jay : esto es ridículo, porque no puedo verla, está al otro lado de la puerta

Evie : es una tradición, no puedes ver a la novia

Jane entro por la puerta, con una enorme sonrisa.

Jane : ya estamos listos, Vamos Jay, necesitamos acomodarte

Evie : ya es hora

Jane : ¿Quien te va a llevar?

Jay : ¿A dónde?

Jane : al altar, se supone que alguien lleva a los novios, la novia es llevada por su padre, el novio por su madre

Los cuatro amigos se miraron.

Carlos : pueden llevarlo ustedes volteo a ver a Evie y Mal

Jay : que gran idea

Evie y Mal le entregaron a Carlos las cajitas con los anillos

Jane los miro de mala manera.

Jay : son como mis hermanas, a falta de Madre ellas entran

Jane : ustedes no tienen remedio

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Carlos se acomodo a un lado Doug

Doug : ¿Dónde están Evie y Mal? Se supone que tienen que estar con Audrey y Jane de damas de honor

Carlos : si, van a llevar Jay

Ben : ¿A dónde?

Carlos : aquí, a donde más

Doug : van a entregar Jay

Carlos : si

Ben y Doug se voltearon a ver pero no dijieron nada

Ben alcanzó a ver a Harriet en los brazos de su abuela, su cabello estaba atado en dos coletas y tenía un vestido color durazno como el de las damas de honor, había si do un lindo detalle por parte de Lonnie y Jay.

Las puertas se abrieron y Jay, Mal y Evie comenzaron a caminar, los vestidos eran sencillos pero cada uno de ellos se diferenciaba por un detalle que Evie les había dado.

Cuando llegaron al altar ambas le dieron un beso a Jay y lo dejaron en el altar, momentos después Lonnie entro más radiante que nunca.

Se veía hermosa.

La ceremonia comenzó.

Un detalle de todo aquello le llamo la atención a Ben.

La mayoría de las personas presentes tenían un acompañante, hasta Gil tenía uno y Ben dudaba que su hija contara como uno.

Eso de alguna forma le hizo sentir un ligero nudo de en el estómago.

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