—¿Se puede?—preguntó alguien. Jungkook se encontraba mirando el hermoso atardecer que se reflejaba en el lago que había fuera del asilo cuando el joven enfermero Han Jisung apareció en el umbral de la puerta—Señor Jeon, ya es hora de dormir— el anciano se volteó, y con una linda sonrisa asintió y obedeció.
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Kim Taehyung no era una persona extraordinaria, solo era una persona común con ideas simples, había llevado una vida sencilla. No había monumentos dedicados a él y lo más probable es que su nombre sea olvidado pero de todas formas se sentía como alguien exitoso y que había tenido muchos logros en su vida.
Había amado con toda el alma y el corazón y eso para él era más que suficiente.
—Se ve bien—le dijo Lee Minho, el enfermero que tenía el turno de la mañana, alzando la mano.
—Me siento estupendo. —contestó el anciano chocando su palma con la del menor. Siguió caminando por el pasillo hasta llegar a una fila en la que se paró para que le dieran sus medicamentos.
—Hola, ¿Cómo sigues, Jackson?—dijo a su mejor amigo al verlo en la fila.
—Estoy aquí tratando de morir pero ellos no me dejan.
—No se puede tener todo en la vida—le contestó, como todos los días cada vez que le decía esa frase.
Llegó su turno en la fila y Lee Felix, su enfermero favorito, le regaló una de sus encantadoras y radiantes sonrisas.
—¿Muchas cosas que hacer?—le preguntó el apuesto anciano, quien, a pesar de su avanzada edad, se mantenía en buen muy estado y siempre se ocupaba de estar arreglado, mientras esperaba que le dieran sus medicinas.
—Siempre dice eso, señor. —contestó sonriente el joven rubio dándole lo correspondido y el señor Kim le guiñó un ojo.
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—Hoy es un hermoso dia, ¿quiere salir a caminar?—dijo Jisung al encontrarlo mirando el lago como todas las mañanas.
—No tengo ganas. —el señor Jeon ladeó la cabeza al contestar.
—Tendremos que sacarlo de este cuarto señor—sugirió el enfermero amablemente, entrando en la habitación—un poco de aire le vendría bien. —en ese momento alguien entró al cuarto.
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