''Celos''

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Narrador - Michael M.

Mike estaba sentado en la esquina del patio de la escuela, absorto en sus pensamientos. La conversación con T/N seguía rondando su mente, especialmente aquella invitación para comer que él había rechazado sin razón aparente. A veces, el hecho de que T/N le hiciera sentir algo distinto a lo que solía experimentar con los demás le resultaba desconcertante.
Recorría el pasillo del baño, cuando una voz femenina interrumpió sus pensamientos.
— Michael, ¿me escuchas? —llamó una voz conocida.
Mike levantó la vista, encontrando a T/N, que le miraba con una expresión mezcla de preocupación y curiosidad. Ella lo había sacado de su ensoñación.
— ¿Qué pasa? —preguntó Mike, con una mirada que decía "¿qué quieres?".
T/N, un tanto aliviada al ver que finalmente él la respondía, continuó con su propuesta:
— Finalmente respondes. Disculpa si te interrumpí, pero solo quería preguntarte si querías salir a comer algo, tal vez un helado o algo así.
Mike, con su habitual desinterés, respondió con un seco:
— No.
T/N se quedó sorprendida, su expresión deslizándose entre la decepción y la comprensión.
— Oh, está bien... Bueno, nos vemos después, supongo.
T/N se alejó, mientras Mike volvía a sumergirse en sus pensamientos. Ella no podía evitar sentir una extraña mezcla de sentimientos. Algo en la manera en que Mike reaccionó le dejaba un sabor amargo, pero a la vez, esa sensación de desazón la empujaba a hacer más por él.
Narrador: T/N
La tarde se desplegaba con un sol radiante y un aire relajado que contrastaba con el torbellino interno de T/N. Ella observó el kiosco de dulces y se acercó, sintiéndose ligeramente culpable por dejar a la señora esperando.
— Disculpe, señora, ¿me podría dar esos pastelitos? —pidió, señalando los delicados bocadillos.
— Claro, querida. ¿Qué bebida quieres? —preguntó la vendedora.
— Hmm... déjame ver... Un juguito de esos, por favor, y...
La señora la miró expectante, esperando que T/N completara su pedido. T/N, sin poder recordar los gustos de Michael, se sintió mal por no conocer detalles sobre la persona que, al parecer, le importaba más de lo que había pensado.
— Discúlpeme, señora, vuelvo en un momento —se disculpó apresuradamente, saliendo del kiosco.
T/N se dirigió nuevamente al baño, buscando a Michael, con la esperanza de averiguar sus preferencias antes de regresar con el pedido. Al llegar, vio a Michael acompañado de una chica que no conocía. La femenina, de actitud intensa, parecía estar en medio de una conversación que hacía a Michael claramente incómodo. T/N se detuvo a observar, sintiendo un leve atisbo de celos.
Cuando la otra chica se fue, T/N se acercó a Michael, con una mezcla de nerviosismo y determinación.
— Hola, Michael. Soy yo, T/N. Estaba buscando saber qué bebida te gusta, pero vi que estabas hablando con alguien, así que quise preguntarte quién era.
Michael, con un tono indolente, respondió:
— No sé.
T/N, sorprendida por la respuesta vaga, intentó mantener la calma.
— Oh, ya veo... Aprovechando, ¿me puedes decir qué bebida te gusta?
— La que sea —contestó Michael, sin mucho interés.
T/N, atónita por la respuesta indiferente, agradeció con una voz temblorosa.
— Gracias, Michael.
Regresó al kiosco, sintiéndose algo ridícula por haber perdido tiempo preguntando algo tan trivial. Se disculpó con la señora y pidió el juguito que había mencionado antes.
Los días continuaron con la misma normalidad, pero T/N no podía dejar de notar la constante interacción entre Michael y la misma chica. Michael, con su actitud reservada, sólo parecía observar a la chica sin participar mucho en la conversación. T/N se sintió incómoda con la situación, preguntándose por qué esa chica tenía que acercarse tanto a Michael.
Intrigada y algo celosa, T/N comenzó a seguir a la chica, buscando respuestas. Un día, la escuchó hablando con alguien en el colegio.
— Oye, ¿puedes darme el dinero de una vez? Ese chico es muy raro, es como una piedra. Además, he oído rumores sobre su familia que lo hacen aún más raro.
El corazón de T/N se aceleró. Las palabras de la chica la dejaron inquieta. ¿Debía decírselo a Michael? Se sintió atrapada entre la urgencia de protegerlo y la duda de si era correcto intervenir.
Finalmente, decidió buscar a Michael y, tras un momento de búsqueda, lo encontró en el baño. La ansiedad la hizo hablar rápidamente.
— Michael, ¡tengo que decirte algo! Esa chica que siempre te habla es...
— Lo sé —interrumpió Michael con resignación—. Lo escuché cuando estaba en el baño. Además, es obvio. Soy un raro para los demás. ¿Quién me querría?
El corazón de T/N dio un vuelco. Miró a Michael, dándose cuenta de que sus sentimientos por él eran más profundos de lo que había querido admitir.
— Yo... Yo podría...
El silencio se hizo pesado entre ellos, mientras la realidad de las palabras de T/N empezaba a asentarse.

AMARTE

Inefable/Michael Myers x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora