La foto

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Desde la opacidad de una noche perpetua, unos ojos femeninos brillaron, revelando destellos que rompían la oscuridad. T/N estaba atrapada en una habitación sombría. Solo una cama desvencijada y una ventana antigua, con sus cristales desgastados pero inquebrantables, ocupaban el espacio. Afuera, un mundo que apenas podía intuir. Dentro, en cambio, un universo de incertidumbre y angustia la asfixiaba lentamente. Durante treinta minutos permaneció inmóvil, con la vista fija en la ventana, sumida en un trance de incomprensión. De repente, unos pasos resonaron en el exterior, y una tenue luz filtrada por debajo de la puerta irrumpió en su estado.

La puerta se abrió con un chirrido, revelando a un hombre de casi dos metros, envuelto en sombras y con el rostro cubierto por una máscara. La figura enmascarada se proyectaba sobre ella como un presagio oscuro.

—¿Qué... qué quieres de mí? —preguntó ella con un hilo de voz, el nudo en su garganta casi asfixiante.

El hombre permaneció en silencio, sus ojos invisibles clavados en ella como si intentaran descifrar los secretos más profundos de su alma. Aquella mirada, aunque oculta, perforaba su espíritu con una intensidad abrumadora. Después de unos instantes que parecieron eternos, el hombre comenzó a acercarse. Sus movimientos lentos, calculados, desencadenaron en T/N una reacción instintiva: de un salto, se levantó del suelo, retrocediendo hasta sentir la fría solidez de la pared contra su espalda. El miedo la inmovilizó, un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras el enmascarado se detenía a escasos centímetros de ella.

En ese momento, creyó que todo terminaría ahí. Que su vida, tan frágil, estaba a punto de extinguirse bajo las manos de aquel desconocido. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación la desarmó por completo.

Con una sorprendente delicadeza, el hombre tomó su muñeca y colocó algo en la palma de su mano. T/N bajó la mirada y observó una fotografía, apenas visible en la penumbra. Pudo distinguir vagamente la imagen de un niño junto a su madre, su hermana y su padre. El enmascarado señaló al niño en la foto y luego la miró con una expresión enigmática.

—¿Por qué...? —susurró T/N con el aliento cortado—. ¿Por qué tienes una foto de Michael y su familia?

Examinó la imagen con una creciente inquietud, y poco a poco, la verdad empezó a tomar forma en su mente. Levantó la vista hacia el hombre y, con un suspiro cargado de incredulidad, murmuró:

—¿Michael?

El hombre, en respuesta, se acercó más, su corpulenta figura absorbiendo toda la luz que quedaba en la habitación. Con sus manos ásperas y grandes, sujetó sus muñecas con fuerza, haciendo que la foto cayera al suelo. La inmovilizó con firmeza, su aliento pesado resonaba entre ambos, llenando el aire con una tensión sofocante. T/N sintió cómo sus muñecas se resentían bajo la presión.

—Por favor... para... —su voz se quebró y lágrimas silenciosas comenzaron a rodar por sus mejillas—. Me duele...

Michael, si es que realmente era él, detuvo su agarre al ver las lágrimas de ella. De inmediato, soltó sus muñecas, que ahora estaban marcadas por un rojo profundo. A continuación, en un gesto inesperado, colocó una mano en su cabello, acariciándolo brevemente, antes de retirarla y alejarse de la habitación. Cerró la puerta tras él sin decir una sola palabra.

Mientras tanto, en otro rincón de la casa, Lisa caminaba de un lado a otro, preocupada.

—Lleva media hora sin aparecer. ¿Y si le pasó algo? —dijo con ansiedad, sus brazos cruzados sobre el pecho.

—Tranquila, Lisa. Tal vez solo quiso explorar la casa con más calma. Sabes que aquí vivió Michael y lo importante que él es para ella —contestó Adam, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de Lisa.

—Lo sé, pero... no está lista para enfrentarse a todo lo que ocurrió... —respondió ella con un suspiro tembloroso.

Más de una hora pasó hasta que Michael regresó. Sin mediar palabra, la tomó en brazos como si fuera su novia, y la bajó por las escaleras. La depositó suavemente en el suelo, se dirigió hacia una de las puertas, la abrió y le hizo una señal para que lo siguiera. Confundida, pero sin alternativa, ella lo siguió. Al cruzar el umbral, un jadeo escapó de sus labios.

—Pero... ¿qué...? —balbuceó, incapaz de procesar lo que estaba viendo.

HASTA HAY CHIKISTRIKIS😍 JSKRKW NOS VEMOS EN NAVIDAD!!!! <33

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Inefable/Michael Myers x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora