Necesitamos más maneras.
Alessandra Vitali.
Camino por el pasillo del cuartel, las luces calan mis ojos aunque lleve lentes oscuros, el llorar jamás ha sido lo mío pero lo vale, estos días lo valen, aparte no puedo dejar que me vean en estas condiciones, no cuándo son la líder.
Tengo que saber qué es lo que pasa con el tal Amadeus, es extraño que llegue alguien así, desconfío claro que lo hago y haré, aparte sabe de mí y de las armas de los Vitali, me carcome que el tenga conocimiento de mí.
Arman dejo de caminar en frente de mi y choque con el mirándolo confundida.
— Necesito que sepas algo antes...
— Dilo.
— Lo golpee un poco, pensé que el te hacía daño...
Me reí — ¿Daño a mi? — pregunte incrédula casi hasta ofendida y seguí caminando dejándolo atrás.
Abrí las puertas y al entrar al cuartel vi a todos mis hombres en fila, los mire un momento, todos mirando hacia enfrente, como si tuvieran miedo al verme.
— Mirenme. — alce la voz.
Sus ojos se voltearon a mi y me puse enfrente ellos, mis tacones resonaban y me dolía la cortada en el abdomen pero tenía que ser fuerte y yo había pasado por mas cosas así que, esto ya era nada para mi.
Sus ojos se enfocaron en mi y guarde silencio un momento, un momento demasiado largo para que algunos bajaran la cabeza por momentos.
Carraspeé — Lo lamento — los ojos de ellos se abrieron al escuchar esas dos palabras — desde lo profundo de mi corazón aprecio que le hiciera caso a su Boss, a su líder, eso habla mucho de mi equipo y los respeto por eso porque una orden es una orden, pero lo lamento. — baje la cabeza unos segundos y la levante quitándome los lentes y mirando a cada uno.
De verdad lo lamentaba, me sentía estúpidamente mal, no hice las cosas bien, pero porque no estaba bien y eso no justifica mis actos pero a veces la mierda me supera.
— Las aceptamos Boss, ordenes son ordenes — dijo uno de ellos sonriéndome de lado.
Asentí y di la orden de que se fueran y me dejaron sola con Arman.
— Admirable ¿acaso estas cambiando Alessandra? ¿tus errores te carcomen? — pregunto sarcástico recargándose en un tubo de metal.
— Sí — lo mire sin risa alguna y el dejo de sonreír.
— Lo decía de broma
Me acerqué a el hasta quedar enfrente — Hay cosas que quisiera cambiar Arman, nuestra vida no ha sido lo mejor pero estamos sobre ello siempre, es difícil y lo peor es que esto jamás se acabara y tengo que luchar con lo que tengo para sobrevivir y lo sabes.
Asintió mirándome fijamente a lo ojos.
— Traeré al alemán.
Admire el alrededor y estar en el cuartel es como sentirse en casa, es como mi casa, crecí en uno y jamás me aburriré de estar aquí y menos me cansare de torturar a las personas en este lugar es como sentir paz y a la vez el recordar por que la misericordia es buena.
Los quejidos se hacían amenos hasta que retumbaron detrás de mi.
— ¡DEJAME! — observe de quien era esa voz, esa voz tan varonil pero mentirosa porque si, el me trajo con mentiras al saber mi verdadero yo, Arman lo tenía agarrado de un de los brazos, hasta aventarlo en una silla enfrente de mi, lo amarro mientras se quejaba y me miraba con desdén, estaba todo golpeado de la mitad de su rostro, me sonrío con altanería y yo ladeé mi cabeza, dejo de quejarse cuando me puse frente de el con ella silla.
ESTÁS LEYENDO
FUEGO INFERNAL © [LIBRO 1]
Teen FictionEl camino jamás ha sido fácil para Alessandra Vitali, líder innata desde que nació, luchando por su familia y sobre todo sobreviviendo por los demás. Lo que no sabe es que el amor puede ser un arma de dos filos cuando ella es un ángel que destruye...