III

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Después del día de "la jardinería" junto a Keelan, el muchacho no había aparecido al día siguiente ni el que seguía de ese y la preocupación comenzaba a carcomerla. Aunque jamás lo aceptaría en voz alta, cada día buscaba con la mirada su rostro por los pasillos y se sentaba en las gradas cerca de las flores con la esperanza de verlo y reprocharle el porqué había desaparecido de esa manera. Pero él nunca llegó. Así que Anthea se encargó de ocupar su mente problemática y a su loba preocupada mediante el trabajo, doblando horas extra y sumergiéndose en los deberes que la universidad traía.

Una vez hubo terminado su eterno turno en el trabajo, Anthea se encontraba por fin en su apartamento con sus dos mejores amigos, un omega y una alfa, quiénes bien podrían ser las personas más preciadas en su vida. Ambos también vestían con ropas oscuras de pies a cabeza, maquillaje gótico cargado y botas de cuero con pinchos que los hacían lucir más intimidantes de lo que realmente eran.

—...Y así es como repartiremos el pago de la renta a partir de ahora — Concluyó Colé, enseñándoles el gráfico en su computador a ambas alfas que le escuchaban con atención.

—Esto es mierda — Dijo Anthea después de un segundo de silencio, recargandose hacia atrás en la silla.

—Colé, explícame por qué rayos tú aportarás un cuatro por ciento menos que nosotras. Tiene que ser equitativo para todos, joder — expresó Nikkia bufando mientras negaba con la cabeza.

—Eso es porque no fue mi culpa que Dennis se cambiara de residencia y prefiriera una que no oliera a hierva — Miró a Nikkia — O a sexo — Dijo está vez mirando a Anthea, refiriéndose a su celo de hacía semanas atrás — O una revoltura de las dos cosas.

—Simplemente no es justo — Protestó Nikkia encogiéndose de hombros y calando su porro recién encendido.

—Sabían lo importante que era su parte en el pago de la renta y aún así volvieron nuestra casa un burdel, o al menos algo muy parecido.

—No es mi culpa sufrir celos — Dijo Anthea con indiferencia y un ligero toque de indignación — Todos los tienen.

—Sí, pero no como tú. Tú eres una salvaje. El pobre Dennis quedó tan traumatizado con tus gritos de película de terror, que prefirió dejarnos a seguir escuchándote. ¡Solamente por eso deberías pagar más renta que Nikki y yo!

—Bien, está bien, maldito y pequeño dictador — Suspiró Anthea, mirándolo con los ojos entrecerrados — Pagarás cuatro por ciento menos que nosotras este mes. Pero necesitamos encontrar pronto a alguien que ocupe la habitación que dejó Dennis y pague su parte de la renta. A fuerzas.

—Estoy de acuerdo — Dijo Nikkia — ¡Éramos cuatro! Claramente era más barata. Mi economía no puede soportar una renta tan cara.

—Bien, para equilibrar un poco los gastos podemos hacer recortes en nuestr-- — Comenzó Colé, pero fue interrumpido por el sonido de un teléfono. Era el de Anthea. Ambos la miraron en silencio, esperando que contestara, pero ella no lo hizo. Solamente observó la pantalla para enterarse de quién se trataba. Su tía. Posteriormente lo apagó de nuevo y lo puso con la pantalla para abajo sobre la mesa.

—¿Quién era? — Preguntó Nikkia con curiosidad, recargandose hacía adelante para mirar el celular aunque se encontraba apagado.

—Nadie — Respondió Anthea, volviendo a fijarse en el gráfico de Colé — Entonces, ¿Decías?

—¿Tal vez era ese beta? — Prosiguió Nikkia, refiriéndose esta vez en dirección del omega.

—Seguro era ese beta — Accedió con complicidad Colé. Anthea los observó confundida.

Besos con sabor a flores y nicotina. [OmgverseHetero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora