Thatch siempre lo decía: la mejor decisión que había tomado en su vida era hacerse pirata.
En el Moby Dick tenía todo lo que siempre había soñado: cientos de aventuras, viajes a lugares increíbles, fiestas donde nunca faltaba el ron y combates emocionantes que le dejaban sexys cicatrices muy útiles para impresionar a las chicas. A todas esas cosas había que sumar el hecho de pertenecer a la tripulación de Shirohige; allí había encontrado una familia que le llenaba de felicidad, por fin tenía un padre del que sentirse orgulloso, mucho amigos a los que consideraba hermanos y la posibilidad de dedicarse a una de sus mayores pasiones: la cocina ( su padre biológico siempre se lo prohibió, decía que era cosa de mujeres).
Unos años después de haberse unido a la tripulación fue ascendido a comandante de la cuarta división. Fue uno de los días más felices de su vida. Adoraba ver como su familia iba creciendo poco a poco y se convertía en una de las bandas más poderosas del mundo.
No obstante, la vida pirata también tenía sus inconvenientes. Uno de ellos es que podías pasar mucho tiempo en el mar, y en el barco había pocas chicas, y claro... Un hombre tiene sus necesidades... Actualmente llevaban cinco meses sin pisar tierra firme.
CINCO.PUTOS.MESES.
-Marco. por favor, llévame volando a alguna isla! - suplicaba Thatch de rodillas.
- No - respondió tajantemente el primer comandante.
- ¡Maaaarcooo, pooooor favoooooor! - se agarró a los tobillos del rubio que lo iba arrastrando por la cubierta mientras andaba.
- No voy a cruzar medio océano contigo en mi espalda solo porque quieras echar un polvo. Aguántate como todos Yoi.
-P-pero Marco... Por f-favor... Me van salir ampollas en las manos... -suplicaba entre sollozos intentando dar lástima.
-Pues búscate a alguien con quien satisfacerte Yoi, hay muchas personas en el barco - sugirió Marco.
-Pero es que... Las enfermeras no me hacen ni caso y yo... Yo... ¡No quiero caer en el lado oscuro!- rompió a llorar aún agarrado a las piernas del rubio.
Marco rodó los ojos mientras dejaba escapar un largo suspiro.
-¡TIERRA A LA VISTA! - gritaron desde la torre de vigía.
La cara de Thatch se iluminó. Aun arrodillado, miró a Marco y juntó las manos suplicando en silencio.
-Esta bien Yoi, haremos una parada en esa isla- concedió el rubio con resignación.
Thatch se levantó de un salto y empezó a brincar de felicidad. Por fin sus plegarias habían sido escuchadas.
***
Llegaron a su destino al atardecer y dejaron el Moby Dick en una playa desierta. En aquella isla había una ciudad grande con una importante base de la Marina, de modo que tenían que andarse con cuidado y pasar desapercibidos para evitar problemas.
-Quien haga alguna tontería no volverá desembarcar en mucho tiempo -advirtió Marco a toda la tripulación, aunque sus palabras iban especialmente dirigidas a Thatch.
Acordaron reunirse allí al día siguiente al amanecer. Thatch salió corriendo en cuanto desembarcaron, solo pasarían una noche en esa ciudad así que no tenía tiempo que perder, debía encontrar compañía rápido.
Caminó por las calles de la ciudad mirando embelesado a todas las chicas con las que se cruzaba, saludaba a todas y les dedicaba su más amplia gama de piropos, pero ellas se apartaban al ver la cara de pervertido que lucía en esos momentos. El castaño chaqueó la lengua molesto por no conseguir seducir a ninguna.
Siguió caminando hasta llegar a un club llamado "Cruce de caminos" . Había muchos hombres entrando en él, así que Thatch dedujo que tenía que haber mujeres muy hermosas ahí dentro. Parecía el lugar perfecto para ligar. Además, en la puerta había un cartel que anunciaba un show especial para esa noche. Animado por la curiosidad, el pirata decidió entrar.
El interior era un espacio amplio y diáfano. Estaba muy oscuro, salvo por unas luces de neón que iluminaban la barra del bar así como un escenario situado en el centro de la sala. Había bastantes hombres y el ruido de sus risas y conversaciones se mezclaba con la música del lugar, una mezcla de ritmos pegadizos que incitaban al baile. Thatch pidió una jarra de cerveza y se sentó en una mesa libre que había cerca del escenario para tener una buena vista del futuro espectáculo. Las camareras, todas con vestidos que no dejaban nada a la imaginación, iban de aquí para allá atendiendo a los clientes mientras meneaban sus caderas al caminar.
Thatch estaba pensando a cuál de ellas intentar conquistar primero cuando una rubia muy sexy se acercó a él. El pirata se relamió los labios mientras la observaba detenidamente de abajo a arriba: tacones de aguja, un buen par de piernas envueltas en medias de red, un vestido rojo muy corto y escotado, larga melena rubia y... Barba.
TENÍA BARBA.
- Hey guapo, ¿buscas compañía? - pregunto la "chica" con una voz muy grave.
Thatch se puso pálido, la boca se le secó y negó con la cabeza, incapaz de pronunciar una sola palabra por la impresión.
-Mmm, que lástima, ¡con lo que me gustan los hombre con tupé! - se lamento el travestí - Búscame si cambias de opinión. Pregunta por "Crystal" -se despidió dando media vuelta, no sin antes guiñarle un ojo de forma seductora, provocando que el pirata se pusiera aún más pálido.
Observó más detenidamente a las camareras que antes le habían parecido tan atractivas y descubrió que todas ellas eran también travestís. Asimismo se dio cuenta de que muchos de los clientes bailaban juntos o se besaban entre sí.
Tuvo que taparse la boca con una mano para ahogar un grito. ¡Había entrado por error en un antro gay.
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Hola a todos los que están leyendo este fan fic y darle una oportunidad, pronto habra parte dos, ya que está parte uno es un borrador de hace tiempito ;v, haci que decide separarlo en dos o tres partes (aún no estoy segura🥲) pero bueno les agradecería si dejarán su hermoso voto y comentar (no es obligatorio •‿•) y eso es todo me despido y recuerden este fan fic no me pertenece se les agradecería si fueran a dar un vistazo a la historia original que está en la descripción de la historia.☺️
1037 palabras :0
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Cruce de caminos
Fanfiction(NOTAS DEL FANFIC) One Piece Y sus personajes pertenecen a su creador Eiichiro Oda...