Parte 3

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Luchando contra sus deseos de seguir contemplando al bailarín, se mantuvo así unos segundos hasta que no pudo contenerse más, entonces separó los dedos ligeramente para volver a mirar... Y casi se cayó de la silla de la impresión, porque el apuesto pelinegro había descendido del escenario y venía caminando directamente hacia él. Los hombres se deshacían en piropos a su paso pero él los ignoraba a todos.

"Tranquilo, tranquilo, mantén la calma ¡Mantén la puta calma !" Pensaba el pirata, pero estaba poniéndose cada vez más nervioso. No podía dejar de mirarlo y de cerca era aún más guapo: ojos rasgados, nariz recta, labios sensuales coloreados de un intenso carmín... Pronto estuvo frente a él. Thatch respiró hondo y sus fosas nasales se inundaron con su perfume de flor de cerezo. Se echó hacia atrás en la silla incomodado por esa presencia que le hacía perder la cordura

-¿Tu nombre? - pregunto el bailarín. Su voz era grave y varonil y Thatch sintió como su corazón se aceleraba.

- Thatch.

- Yo soy Izo - dijo el pelinegro con una seductora sonrisa - ¿Quieres bailar conmigo?

-Yoyo-yo... Lo s-siento p-pero no s-soy gay... - tartamudeó extendiendo las palma hacía adelante.

Izo esbozó una sonrisa.

-¿Y entonces qué haces en un sitio como este?- preguntó divertido.

El pirata trató de pensar en una excusa convincente pero su cerebro no quería colaborar. Todos sus sentidos estaban colapsados por la presencia de aquel chico.

Izo no esperó obtener una respuesta y se puso a caminar alrededor de la silla de Thatch, contoneando sensualmente las caderas al compás de la música para deleite de los asistentes y tortura del avergonzado pirata. El atrevido bailarín se detuvo a su espalda. El castaño no podía verlo pero sabía que estaba allí, justo detrás de él. Respiro hondo inconscientemente embriagado por su aroma a cerezo.

Sintio un par de manos de dedos largo y finos apoyarse en sus hombros y dio un respingo en la silla. Izo se rió suavemente.

- Apenas te he tocado y ya estás temblando, ¿es que te doy miedo' - le preguntó al oído.

- U-u-un poco - admitió Thatch, y el pelinegro volvió a reír.

Caminó de nuevo al frente y se sentó sobre la mesa cruzando las piernas. La abertura de su kimono se deslizó con suavidad, dejando sus piernas largas y torneadas justo enfrente de la cara de Thatch. El corazón del pirata se aceleró aún más, latiendo a toda prisa para bombear toda la sangre de su cuerpo hacia su entrepierna.

- Y dime... - volvió a hablar Izo inclinando el torso ligeramente hacia él - ¿Que no te guste o... Que te guste demaciado?

"Resiste, no caigas en sus trampas, aún puedes salvar tu heterosexualidad" intentó convercerse a sí mismo. 

- Yo-yo n-no... No soy gay... - tartamudeó de nuevo la única excusa que su cerebro era capaz de elaborar.

Izo volvió a sonreir de esa forma tan saductora y se acercó aún más a él para hablarle al oído.

- Cariño, esta noche vas a ser lo que yo quiera - susurró para después pasar sensualmente la punta de la lengua por el lóbulo de su oreja.

Y... ¡Adiós heterosexualidad, bye bye, sayonara, bon voyage, no vuelvas por aquí!

Izo le tendió una mano para invitarlo a bailar con él mientras la gente a su alrededor aplaudía y exclamaba cosas obscenas o bien se lamentaban por no ser ellos los elegidos por aquel sexy bailarín.

El cerebro de Thatch se había quedado totalmente en blanca y no podía pensar en otra cosa que no fuera IzoIzoIzoIzo. Se incorporó para aceptar aquel baile pero de pronto la música se detuvo. Todas las luces de la sala se prendieron y los asistentes se sobresaltaron.

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⏰ Última actualización: Jan 01 ⏰

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