"Somos almas gemelas en el 99% de las realidades, no lo olvides, Yuuto."

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Kidou se encontraba llorando, sentado en el suelo con las rodillas dobladas contra el pecho y los brazos rodeando estas, sus gafas tiradas a un lado con desdén hacía ya horas. A su alrededor los cuerpos de todos sus compañeros de la Teikoku, sin vida, esparcidos y llenos de heridas y sangre dando una nueva imagen al lugar.

El cuerpo más cerca suya era el de su mejor amigo, a quien nunca le había confesado lo que sentía.

La persona cuyo parche apretaba ahora entre sus manos mientras lágrimas salían de sus ojos, sin parar.

Sakuma Jirou.

-Lo siento, lo siento tanto....si solo hubiera llegado antes, él...no hubiera...yo....perdóname, Jirou, perdóname. -decía tras estar callados horas y horas elevando la vista hacía el cuerpo sin vida de su mejor amigo.

-Te perdono.-

La voz, tan repentina pero suave y reconocible, le hizo saltar en el sitio y levantarse mirando alrededor.

¿Acaso había...?

¿Estaba alucinando?

-No estás alucinando, estoy aquí.-aseguró como si supiera lo que pensaba esa voz-A tu izquierda, un poco hacía al sur.-indicó y, por alguna razón, Yuuto le hizo caso.

Y su corazón pareció saltarse un latido.

La voz no le había engañado, en verdad era él.

Sakuma.

-¿Cómo...?Sí estás...-señaló con la cabeza haciendo que su mejor amigo mirara con una mueca hacía eso lado, tocándose el cuello cómo si pudiera sentir la herida un momento antes de mirarlo serio.

-Si, bueno. Esa es la versión de mí que tú conoces.-

Eso solo lo confundió.

-¿Cómo?-

-Verás....-Jirou suspiró acercándosele.-...está solo es una de las muchas realidades que existen, yo vengo de la realidad 126, donde el Comandante solo quiso vengarse de ti, no de nosotros, mi tú está muerto al igual que mi yo tuyo.-explicó lo mejor que pudo en el momento el chico menor.

-Es imposible.-

-No lo es, mira.-y con la mano le tocó la mejilla.-Esto es real, Yuuto.-

-Sí es así....¿cómo...?-aún no se lo creía, todo parecía una alucinación pero Sakuma pareció dejárselo pasar.

-No lo sé, Fei no me lo explicó. Solo me dijo que algunas personas tienen una conexión especial que a veces, con ayuda de una máquina especial del futuro les permite viajar entre realidades, a penas unos minutos.-explicó el del parche dejando una dulce caricia sobre la mejilla de Kidou antes de alejarse.

-¿Una conexión?-

-Almas gemelas. -dijo, en resumen de la explicación que Fei le había dado.-Somos almas gemelas en el 99% de las realidades, no lo olvides, Yuuto. Eso nos permite bueno...esto.-señaló como si fuese obvio a lo que el de ojos rojos asintió, aun bastante confuso.

Menuda alucinación tan rara.

Pero...

-¿Se supera?-

-¿Eh?-esta vez era Jirou el confuso.

-Perder a tu alma gemela.-explicó el mayor haciendo que la expresión de confusión del contrario pasará a una de tristeza en lo que negaba.-Ya veo....-

-Nunca se va pero aprendes a vivir con él, a no desperdiciar tu vida, a vivirla en su honor. Con todo y por ti y por los dos.-

Eso sorprendió a Kidou quien solo vio asombrado como Sakuma tocaba un reloj que solo ahora le notaba haciendo que una especie de portal de arcoires se abriera.

-Hazme un favor, Yuuto, y honráme como yo hago contigo...viviendo tu vida.-sonrió el del parche antes de atravesar el portal haciendo reaccionar al de ojos rojos que intento impedirselo sin éxito.

¿Ahora que hacía...que haría?

-Vivir mi vida, ¿eh?- suspiró moviendose cerca de su mejor amigo colocándole el parche con cariño y suavidad.-Te lo prometo, lo haré.-

Las sirenas de los coches de policía empezarón a a escucharse.


KiSaku Week ( 8/11 to 14/11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora