CAPÍTULO 1: LLEGAR A UN BAR Y TENER UNA PELEA

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El tiempo en Alemania podía amargar la vida a cualquiera, pero Nicole Bradshaw no era cualquiera. Llevaba destinada allí casi dos años y aunque al principio le había costado adaptarse, ya que el alemán no era un idioma fácil había llegado a dominarlo incluso aprendiendo alguna que otra palabrota. El clima había acabado por gustarle con aquellas lluvias y humedad casi constantes. La base en la que ella estaba se encontraba más cerca de Luxemburgo que de la propia Berlín, aunque había ido de visita alguna vez a la capital del país, disfrutando de lo que era Alemania como país y haciendo turismo como si fuese una viajera más.

La base estaba en la ciudad de Kaiserslautern y fue allí donde se encontró con un antiguo compañero que pasaba por allí en camino a Iraq, las cosas se habían calmado bastante en el país; pero aun así seguía habiendo tropas para "controlar" el alto el fuego. A Nicole siempre le había interesado ir a sitios digamos menos cómodos que una base militar en un país en aparente paz como Alemania, así que solicitó a sus superiores el traslado a Iraq como enfermera para poder cambiar de ambiente, aunque evidentemente no contaba con que "alguien" se inmiscuiría. Siempre lo hacía, parecía que tenía ojos dispersos por todo el mundo, y aquel día cuando su comandante la llamó ella ya parecía imaginárselo:

—¿Permiso para hablar, señor? —él la miró con algo similar a la pena o la compasión:

—Concedido sargento.

—No creo haber incumplido ninguna orden ni haber actuado de manera incorrecta en el transcurso de mi servicio aquí ¿por qué se me niega la posibilidad del traslado a Iraq y se me obliga a volver a casa? —¿casa? Aquello era un eufemismo bastante agridulce, teniendo en cuenta que desde que su madre había muerto ella no consideraba que tuviese hogar.

—Órdenes son órdenes —su comandante le acercó el despacho que había llegado desde Estados Unidos y vio que quién lo firmaba era Iceman; otra vez ese jodido viejo y Maverick metiéndose en su vida. Nicole saludó con respeto a su superior y salió de su despacho apretando los labios y casi haciendo que sangraran, cuando llegó a la calle le dio una patada a un cubo de basura teniendo que recoger después toda la basura.

Maverick estaba muerto, era un hecho. Cada vez que ella trataba de dar un paso adelante, su padrino le mandaba dos hacia atrás y todo porque se apoyaba en Iceman, estaban obsesionados con controlarle la vida, a ella y a su hermano; pero Bradley que se jodiese. La relación con su hermano mayor era una mierda, no había más; a sus tendencias controladoras se había unido el que ella tuviese que estar entre el fuego cruzado entre él y Maverick y acabó cansada de tanta mierda y se largó, no sin antes tener una discusión muy fuerte con Bradley.

Cuando leyó su destino vio que era Nevada; para joder más el asunto le tocaba ir a la nueva base de TOPGUN con aquellos aviadores chulitos derramando testosterona allá por donde pasaban, aunque tal vez por una vez tuviesen en cuenta que existían las aviadoras mujeres y tendría apoyo moral. El asunto estaba claro: tenía que regresar como enfermera a la base y poner buena cara, Cyclone no tenía buena fama y seguro que no le aguantaría tonterías.

Tras más de veinte horas de vuelo sin dormir casi y con dos escalas, primero en Francia y luego en Seattle llegó a Las Vegas sintiéndose bastante estúpida. Comió algo en el propio aeropuerto y se tomó un café, bueno un sucedáneo, porque lo que vendían en el Starbucks del aeropuerto no podía llamarse café. Necesitaba una ducha y dormir, pero en lo único que pensaba en aquel momento era en llegar a la base, así que se dirigió a la tienda de alquiler de coches y alquiló el más barato (y fiable) que pudo encontrar. Eran las diez de la mañana cuando por fin consiguió salir de Las Vegas, después de conducir únicamente parando para repostar llegó a las seis de la tarde a la pequeña ciudad junto a la base y entró en un bar que se llamaba Hard Deck, que evidentemente era zona de esparcimiento de aviadores, militares y personal de la base en general. No le hacían falta indicaciones, pero cuando estaba rodeada de gente del gremio se sentía más tranquila. Se sentó en uno de los taburetes de la barra y una mujer morena se acercó a ella:

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2023 ⏰

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