Sol

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Él caminaba despreocupadamente con un taiyaki en la boca y las manos en los bolsillos mirando a su alrededor, mientras yo por mi parte corro desde un árbol a otro ágilmente sin que voltee a verme.

Que no me haya descubierto siguiéndolo hace que me sienta increíble, pues proteger a las personas desde lo lejos hace que crea que si tengo habilidad en esto, en ser un superhéroe.

Tal vez simplemente es mas distraído que yo, o quizás no sabe lo peligroso que es este parque a pesar de que sea de día y los pájaros canten, pero eso no quita el hecho de que estaba haciendo un buen trabajo, no era la primera vez que ayudaba a las personas, aunque si ahora a una cierta distancia ya que siempre las solía ayudar justo a tiempo a diferencia con él.

A penas lo vi entrando al parque con una bolsa colgando de su muñeca lo supe, lo intuí.

 Necesitaba ayuda.

«Quizás le quieran robar lo que sea que estuviera en esa bolsa»

Y mi pecho se infla cuando noto que tengo razón, no porque este orgulloso al tenerla si no para agarrar valor. Unos tres sujetos sentados en un banco le empezaron a decir algo, con la distancia en contra solo pude notar sus gestos burlones y luego indignados cuando el pequeño rubio sigue su camino pasando al frente de ellos como si nada.

Acelero mi paso y justo cuando ya se encuentran parados, dispuestos a perseguir al niño, les hago frente.

—¡Esta mal molestar a la gente! —hablo fuertemente y ellos giran a verme, sorprendiéndose de mi presencia—Por qué mejor no se van a molestar a gente de su edad, o simplemente ¡no lo hagan! —grito esta vez cerrando los ojos y cuando los abro los veo mirarse entre ellos.

Y se ríen, de mis palabras, señalándome y burlándose de mi vestimenta de superhéroe; de mi.

—Porque es mas divertido molestarlos a ustedes —dijo cínico uno, tronándose los dedos.

—Y de paso les enseñamos a respetar —agrego otro a la vez que se iban acercando lentamente hasta mi.

Un temblor recorre mi cuerpo y me es inevitable tragar saliva.

«Al menos el niño está a salvo»

Los golpes no tardaron en venir y, otra vez, me sorprendo de mis habilidades... pero de resistencia, porque a pesar que ya me encontraba en el suelo siendo rodeado de ellos y sus golpes yo resistía.

—"Ojala no se manche tu traje" —escucho decir de uno, pero al tener los ojos cerrados no sabia quien lo dijo.

—"O se rompa" —le sigue el falso lamento otro. 

Los golpes no paran y los gemidos de dolor que trate de contener se empiezan a escapar suavemente de mis labios partidos.

«Tal vez... deba retirarme»

Pienso tristemente y formo una mueca.

—Lo que se va a romper es tu nariz —logro oír una voz, que para mi se oye lejana pero tal vez no lo este, y los golpes paran, a lo que me permito relajar los parpados que con mucha fuerza cerraba.

—¿Ahora si quieres pelear? —me dedico a oír, y el tono de burla provoca que me remueva un poco del suelo y que una patada me lo prohíba al instante y me coloque en posición fetal.

—Deja de hacerte el héroe y no te metas —escupe uno.

Luego de eso escucho golpes y con una gran fuerza de voluntad abro los ojos viendo borroso por mi estado. Solo lograba ver sus cuerpos, al no poder levantar la vista, y por no prestar atención a los atuendos no sabia cual era cual.

No preste atención en el momento que los cuerpos fueron arrojados al suelo cuando me senté, estaba tan enfocado en mi dolor que solo coloque una mano en mi estomago por la patada y escuchaba mis propios lamentos.

—¿Estas bien? 

Veo una mano en mi campo de visión, es pequeña como del tamaño de la mía y alzo la vista, encontrándome al niño.

Sus ojos negros estaban clavados en los míos azules y me siento un poco avergonzado, y mas apenado cuando acepto su mano, desviando mi vista de él que pasa a parar a los cuerpos de los adolescentes molestos de recién.

Rápidamente paso de nuevo mis ojos que denotaban sorpresa al niño y lo noto. De cerca no parecía tan pequeño, hasta tenia casi mi altura, pero eso no significaba el hecho que le superaban por un montón de "cabezas" esos altos sujetos.

Mis ojos brillan al notar que no tenia ningún rasguño y no pude evitar balbucear cuando el sol lo iluminó.

—Sunshine... —sus cabellos rubios resplandecían y su sonrisa igual, parecía todo un superhéroe, un brillante sol.

Su sonrisa se agrando mientras cerraba los ojos, soltando un muy leve sonido parecido a una risita.

—¿Quieres un taiyaki... Sunshine protector? —y mientras su mano libre saca de su bolsa ese dulce la otra sigue aferrada a la mía haciendo que sienta algo cálido en ese momento.









Primera historia Mitake/Takemikey (claramente no ultima).

Quería subir una historia de esto antes del final... lloro.

En si esto es una adaptación de una historia mía que no subí pero que tal vez lo haga.

Muchas gracias por leer y espero que les haya gustado <3

Pd: me dieron ganas de hacer otro capitulo, pero solo otro...

Sunshine ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora