Un sujeto con una capucha negra sostiene a Kalitza de los brazos fuertemente mientras tiene su cara enterrada en el cuello de ésta, ella se revuelve intentando safarse de su agarre pero este no cede, de su boca solo salen pequeños quejidos lastimeros sin fuerza, las bolsas de la compra se encuentran en él suelo con todos los alimentos esparcido, él mencionado al sentir mi presencia alza su rostro dejandome observar unos ojos totalmente rojos y unos afilados colmillos manchados de sangre.
Del cuello de Kalitza no para de escurrir sangre.
Yo estoy en estado de shock, completamente pasmada.
El olor de la sangre me llama como una canción arrullándome e incitándome pero lo ignoro totalmente.
Solo reacciono cuando el sujeto deja caer él cuerpo inconsciente de Kalitza en el suelo, corro hacia ella y me arrodillo mientras le tomo el pulso, es lento pero ahí está, intento detener el sangrado de su cuello con mis manos, tener una madre enfermera es muy instructivo.
Ignoro parcialmente él hecho de que este individuo tiene afilados colmillos y bebe sangre lo que lo convierte en un...
Un maldito vampiro, joder.
No, debe haber una explicación racional a todo esto, los vampiros no existen, eso es una estupidez.
Debo llevar inmediatamente a Kalitza al hospital o se desangrará, al parecer le ha desgarrado alguna arteria.
Observo de reojo al chico que se relame los labios con una mueca divertida y le fulmino con la mirada a lo que se limita a inclinar la parte superior de su cuerpo a modo de reverencia, no parece tener intenciones de hacerme daño a mi.
-Princesa, es todo un honor-enuncia sarcástico.
Porque todo el mundo me llama princesa últimamente.
-Quien demonios eres o más bien qué eres?- pregunto cautelosa.
-Que acaso no es obvio su majestad-dice con burla-soy un vampiro, mi nombre es Alek, a su servicio.
-Eso no puede ser cierto, los vampiros no existen-murmuro yo confusa.
-Acaso necesita más pruebas?-pregunta divertido con mi reacción.
-Qué quieres de nosotras?-inquiero enojada porque no para de decir estupideces.
-De ella nada, solo fue un pequeño aperitivo, pero oh princesa, usted es muy importante.
Frunzo el ceño por la confusión y cuándo estoy apunto de interrogarle el ruido de apresuradas pisadas se escucha en la casa.
El individuo se tensa y yo solo espero que sea alguien que me pueda ayudar, un fuerte aroma a vainilla y jazmín se hace presente seguido de otro igual de fuerte a menta y canela, volteo y observo con sorpresa como los que atraviesan la puerta trasera son Mark y Zarek, como saben donde vivo?, no recuerdo habérselos dicho.
De todas formas es lo mejor que me ha podido pasar, suspiro de alivio.
-Tú ayuda a Khristeen a llevar a Kalitza al hospital, yo me encargaré de este sujeto-decreta Zarek a lo que Mark asiente y se acerca a mi.
Me ayuda a levantar a Kalitza y la carga en sus brazos como sino pesara nada.
-Oh, vaya vaya, pero si son los hermanitos Zhádanov, así que vinieron a proteger a su princesita?-inquiere con burla el chico.
Zarek se lanza contra el sujeto rápidamente y le asesta un puñetazo que lo envía directo al suelo, el susodicho sin inmutarse se levanta del suelo y escapa a una velocidad imposible en dirección al bosque, pero Zarek no se queda atrás ya que lo persigue con la misma velocidad, yo parpadeo un par de veces atónita.
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*La Princesa De Sangre*
VampireKhristeen Nekrásov es una chica de 18 años con una vida aparentemente normal, pero cuando Zarek y Mark Zhadánov aparecen en su vida, ella comienza a sentirse vigilada, estos chicos tienen un aura de peligro que la atrae de forma misteriosa, Khristee...