False God -MoonSun

Capitulo 12

- Hola, mi amor, ya estoy aquí, cálmate por favor.- Levanto con mucho cuidado el diminuto y frágil bulto de ropas calentitas que se retuerce entre esos adorables lloriqueos que me derriten el corazón cada vez que los escucho, Benedict se retuerce un poco más al sentirse fuera de su cómoda cuna pero se tranquiliza una vez que lo pongo contra mi pecho, el pobre se despertó para su comida de la madrugada haciendo que Sander también se despierte. Me gusta encargarme de alimentarlos yo misma cuando estoy en casa así que después de dejar a Bennedict en la cuna y también haber calmado a Sander me muevo rápido hasta el mini refrigerador que tenemos en la habitación por insistencia mía para sacar dos biberones que Sun preparó con leche materna y los pongo en el calientabiberones intentando no hacer ruido.

No puedo apartar los ojos de Sander cuando lo cargo dándole de comer, no he podido apartar mi vista de ellos desde que nacieron en realidad, pareciera que en el momento que nacieron y aquella enfermera los puso en mis brazos todo mi universo de repente comenzó a girar en otra dirección para centrarse solo en ellos, la forma en que mi corazón se achica al escucharlos llorar o se siente lleno hasta reventar de alegría cada vez que sonríen mostrando sus encías me hace sentir viva, los amo de una forma que no necesita explicación porque son mis hijos y yo daría mi vida por ellos y creo que al fin descubrí que de eso se trata la maternidad.

- Ustedes dos lucen adorables.- Sun está sentada en la cama con el cabello revuelto y nos mira con una sonrisa que devuelvo. Yong comenzó a trabajar hace dos semanas porque ahora los bebés tienen tres meses y ya puede volver al trabajo, de hecho ellos ya pueden quedarse con una niñera pero yo no pienso dejar que eso ocurra así prefiero trabajar desde casa y llevarlos al trabajo si es estrictamente necesaria mi presencia, afortunadamente no hemos tenido que ir.- ¿No volviste a ponerlo en su cuna después de alimentarlo? - Desvío la mirada sabiendo que ella va a enojarse como cada vez que lo hago pero es que una vez que tengo sus pequeños pesos entre mis brazos no quiero sepárame de ellos otra vez, la silla que compramos para que ella pudiera amamantar también es muy cómoda, pero los bebés no deben dormir en brazos de alguien porque después no querrán dormir en otro lugar.

- Sander no quería volver a esa incomoda cuna ¿No es así, chico? – Él se retuerce ligeramente todavía enredado en el extraño mameluco que lo hace lucir como una estrella cuando se estira y yo me rio por lo adorable que luce cuando hace gestos entre sueños.

- Dios mío, tienes que parar de malcriarlos o no podremos contra ellos.- Sunny se levanta para echarle un vistazo a Bennedict quien sigue durmiendo en su pequeña cuna móvil a un lado de nuestra cama antes de acercarse a dejar un beso casto en mis labios y otro en la frente de nuestro hijo.- ¿Vas a trabajar desde casa? Sabes que podemos buscar una nana calificada de aquella agencia que Amelia nos recomendó, la investigue un poco y todas son profesionales en educación infantil, psicología o puericultura además de que las capacitan en primeros auxilios.- Rueda los ojos después de verme fruncir el ceño porque ya discutimos eso muchas veces y no quiero a un extraño o extraña cerca de mis hijos. Los bebés tuvieron pequeñas dificultades pulmonares al ser prematuros y la semana que pasaron en el hospital fue la más larga de mi vida, ahora son fuertes después de un buen tratamiento pero siguen siendo más pequeños de lo que deberían, no los dejaré solos mientras pueda quedarme a su lado.

Sun le da pecho a los bebés y prepara biberones con la leche que se extrajo mientras yo me doy una ducha, preparo un desayuno rápido que las dos comemos en un silencio solo interrumpido por ladridos de Daebakie y me despido de ella con un beso cuando está por irse, ella odia dejar a los bebés pero si no aceptaba el empleo seguramente no conseguiría nada en un futuro y yo entiendo eso, no la culpo por tener que salir todos los días porque veo la tristeza en su mirada al despedirse de los gemelos y la forma en que se apresura lo más posible por salir rápido para venir a casa.