Conjunto de diversos escritos acerca de Asta y Noelle, la mayoría desarrollados en Universos Alternativos sin magia. ADVERTENCIA: Mucha azúcar y mucho humor! (Publicados primero en mi cuenta FanFiction)
N/A: Este escrito se puede tomar como secuela del relato #16 titulado "FUERTE", no es necesario tal cual leerlo, simplemente es para que entren un poquito en contexto acerca de lo que se pueda mencionar por aquí.
Sin más, disfruten de la lectura.
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― No debería estar haciendo esto ― Pensó la peli plata con un sonrojo ligero en sus mejillas mientras arrugaba el entrecejo.
Aunque ya de nada le servía quejarse, desde que se unió a los Toros Negros las cosas jamás rayaban en lo normal, y de cierta manera ya estaba acostumbrada.
Pero eso no quitaba el hecho de que estaba molesta.
Molesta con Finral por sugerir que todas fuesen meseras en esa absurda feria.
Bajó la mirada hacia su vestuario. No era para nada revelador –gracias al cielo- pero seguía siendo incómodo. Aspiró profundo, como intentando ganar valor.
Sólo necesitaban recuperar aquellas estrellas negativas.
Su dormitorio tenía la peor reputación del campus, además la que tenía menos miembros; por lo mismo el Director necesitaba pero ya, cambiar aquello.
Parecía un trabajo realmente sencillo. Todo el dormitorio de los Toros Negros se había puesto de acuerdo para crear una mini feria en el interior de la Academia, con la intención de promocionarla para las futuras inscripciones.
Por supuesto, todo lo anterior autorizado por toda la comitiva de Profesores.
― ¿A qué hora terminará esta tontería? ―
Noelle rodó los ojos, reconociendo aquel aburrido tono de voz. ― ¿No deberías estar controlando los juegos? ― Interrogó mirándolo de costado.
Zora bostezó. ― Le dije al tonto de Finral que me cubriera para poder ir al baño ―
La chica se cruzó de brazos y se giró a encararlo. ― No vas a volver ¿verdad? ― Achicó la mirada de forma acusatoria.
― Eso es obvio princesa ― Respondió sonriendo de medio lado. ― Nos vemos ― Le picó la frente y se alejó a paso lento, seguramente para poder esconderse y dormir.
La Silva se acomodó el flequillo con ligera molestia. No le agradaba que el pelirrojo evadiera sus responsabilidades, así que esperaba que el Capitán Yami lo encontrara para darle la reprimenda que merece; pero por otro lado, Finral se lo tenía merecido.
Suspiró derrotada y decidió tratar de seguir con sus actividades. De pronto, el pequeño comunicador de su oído la distrajo nuevamente.
"Hey, princesa ¿estás ahí?"
― ¿Por qué nadie hace su trabajo? ― Preguntó con fastidio, dirigiéndose a la barra de bebidas, mientras presionaba suavemente su oído para poder escuchar mejor.
