Prólogo

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Voces venían y se iban mientras la oscuridad seguía presente a su alrededor envolviéndolo

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Voces venían y se iban mientras la oscuridad seguía presente a su alrededor envolviéndolo.

Frunció el ceño queriendo abrir los ojos, preguntándose por qué era tan difícil abrirlos, por qué sus párpados pesaban tanto. Las voces se detuvieron.

—Está despertando de nuevo. —Alguien dijo justo en el momento en que una luz lastimó sus ojos y entrecerró sus ojos para protegerse.

—Te lo dije. —Una voz femenina sonó y luego una mano pequeña cubrió la suya—. Estoy aquí, no estás solo... Gracias, Dios.

—¿Hoseok? —Ahora una voz masculina, sonó. Una voz grave, pero tan amable como preocupada—. ¿Puedes escucharme?

A pesar que la luz seguía lastimándolo, abrió sus ojos. Lo suficiente para ver a las personas que estaban ahí. Vio una chica muy linda y un chico al cual podría describir igual; lindo.

—Llamaré al médico —dijo ella soltando su mano suavemente. Saliendo rápido antes de escuchar lo que el chico pareció querer decirle con urgencia, le frunció el ceño mirándola irse.

Incómodo por la posición en la que estaba, intentó sentarse pero un duro y nuevo dolor lo invadió, y éste venía de su brazo. Tenía el brazo enyesado.

—Wow, espera. No te puedes mover —dijo el chico rápidamente, impidiéndole siquiera levantar la cabeza. Entonces, obedeció y se volvió a acostar con sumo cuidado, intentando asimilar lo que estaba viviendo. ¿Qué le había pasado?

Sus ojos fueron directo al rostro del chico que lo había ayudado a acostarse con cuidado.

Lindo, otra vez pensó, olvidando su brazo fracturado y el fuerte en su cabeza, se quedó mirando su llamativo rostro. Su cabello castaño se veía suave, sus cejas tenían forma que lo hacían ver amable, sus ojos era suaves y preocupados en él, su nariz era recta y del tamaño perfecto, al igual que sus labios. Se ruborizó al darse cuenta que miraba los labios de aquel.

El chico lo soltó.

—Es... es bueno verte despierto —dijo él, recordándole que recién había despertado y dándose cuenta de cosas que comenzaron a alterarlo.

No sabía dónde estaba, cómo había llegado o quién era.

—¿Hoseok?

—¿Hoseok? ¿Quién es Hoseok? —preguntó a pesar que el nombre fue dicho mirándolo. Los ojos del castaño se abrieron demostrando que estaba tan sorprendido como confundido y otra emoción que no pudo distinguir. Su cabeza dolió.

—¿Te duele? —preguntó apenas hizo una mueca de dolor—. Está bien, Jyuni fue a llamar a un médico. Estarás bien, Hobi.

Miró a su alrededor, entrando de a poco en pánico, dándose cuenta que no entendía ni sabía que ocurría. Asustado.

—¿D-dónde estoy? ¿Q-qué-

—Soy Taehyung —dijo el castaño. Su preocupación creció más porque no podía recordar quién era aunque si podía sentir que era alguien importante. El castaño suspiró de una forma como si sabría que eso ocurriría—. No me recuerdas, ¿cierto? Está bien-

Tener un hogar [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora