Parte 1

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Un ruidoso chirrido llenó el dormitorio silencioso, seguido de otro y otro, como el sonido de uñas en una pizarra, pero con el tintineo hueco del cristal.

Jeongin se retorció irguiéndose en la cama y luego se sentó allí durante un momento, frotando sus somnolientos ojos. Se sentía mareado y desorientado.

Otro chirrido agudo arañó su camino a través de la ventana del dormitorio. Una sombra oscura que parecía una mano se movió desde detrás de las cortinas. Otra persona habría estado asustada, pero no Jeongin.

Ataviado solo con sus boxers, se precipitó hacia la ventana, abriendo las cortinas. Sus ojos centelleantes miraban al estúpido que estaba fuera.

El estúpido le sonrió con inocencia.

Jeongin puso los ojos en blanco, levantó la ventana y permitió que entrase su mejor amigo.

-¿Por qué la dejaste cerrada? -preguntó Hyunjin, entrando en la habitación de Jeongin -. Nunca la dejas cerrada. -El tono de su voz era casi petulante, como si estuviera enfadado con Jeongin por atreverse a cerrar su ventana, a
pesar de que Hyunjin estaba siempre incordiando a Jeongin para que cerrase y le echase el pasador a su ventana por la noche.

-Hacía frío -respondió el menor, cerrando la ventana, y mirándolo-. ¿Qué pasa?

-No podía dormir -dijo el otro chico, dejándose caer acuclillado en el suelo y sacando las mantas y la almohada de reserva que el menor guardaba bajo la cama para noches como esta. Ambos sabían que 'no poder dormir' era
un código para 'sus padres estaban discutiendo demasiado alto para que pudiera dormir'.

En contraste, la casa de Jeongin estaba siempre silenciosa. Su madre era enfermera y trabajaba en el turno de noche. Se ganaba más dinero, pero significaba que apenas la veía. Jeongin no podía admitirlo, pero odiaba dormir solo en la silenciosa casa.

-¿Tienes hambre? -preguntó el menor tranquilamente. Miró concienzudamente a su mejor amigo. Las noches en las que sus padres peleaban, a menudo no había cena en la casa de Hyunjin.

El adolescente de cabello negro azabache se encogió de hombros con descuido, como si no estuviera muerto de hambre, cuando Jeongin sabía que lo estaba.

-Podría comer algo, ¿tienes una camiseta que puedas prestarme?

Innie arrugó la nariz.

-La vas a estirar toda -gimoteó, incluso mientras le pasaba una de sus camisetas interiores blancas y estrechas.

Cuando eran niños, Jeongin había sido el más alto y Hyunjin había sido el pequeño y fornido. Jeongin era todavía tan esbelto como si nunca hubiera aumentado de altura desde el primer año de novato, pero Hyunjin había crecido finalmente hasta su tamaño. Ahora en el último curso de instituto media sobre un metro ochenta y tres centímetros de sólidos músculos y anchos
hombros. La minúscula camiseta de Jeongin solo pronunciaba cuán diferentes eran de tamaño.

El tejido ceñido acentuaba cada ondulación en el cuerpo enorme de Hwang, estaba incluso tirante sobre sus abdominales. Jeongin se encontró de repente paralizado por la vista del mayor llevando puesta una camiseta aferrada a su piel. Estaba tan ceñida que parecía que podía romperse, al estilo de Hulk, si a penas flexionada sus carnosos bíceps.

Jeongin inconscientemente se humedeció los labios y luego bajó la vista al suelo. Este había sido su mejor amigo durante quince años, y para más, era un hombre.

¡No debería tener un interés sexual en él! (Jeongin se había dicho eso así mismo durante años, pero el inevitable bulto en sus pantalones siempre le decía otra cosa).

Best Friends | HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora