La guerrera fue junto a él al instante, Los labios del rey estaba secos, Excesivamente secos, al punto que finas costras salían de él. Dándole una áspera superficie. su piel débil y pálida. Por más que estuviera pintada con sudor daba la impresión de estar seca.
Su alteza (exclamó con más seguridad, Pasando con extremo cuidado una esponja húmeda por los labios contrarios, Exprimiendo la misma un par de veces más en el cuenco que yacía a los pies de la cama, Dejándola finalmente sumergida. Los ojos azules del menor carecían del color habitual. Opacándose de sobremanera) permítame servirle.
Se puso de pie, a pocos metros de la cama se encontraba una pequeña mesa, dónde la mayoría de los utensilios estaban, ordenados y bien separados,el agua, cubiertos, medicamentos, paños secos y una gran variedad de hierbas con el mortero para prepararlas. Sirviendo agua fresca en el vaso de madera que tanto le agradaba al menor.
"El agua aquí sabe mejor" Es lo que varias veces escuchó y confirmó su guerrera.
(El menor estaba temblando, no importaban cuantas mantas tuviera encima, simplemente era incapaz de retener el calor… Incapaz de lograr una tarea tan sencilla cómo sujetar el vaso) Necesito responder a mi gente ( Exclamó sin fuerza alguna, tratando de enderezarse. Inútilmente, Mirrimah no lo permitiría por más que pudiera. La dama lo sujetó. Mucho antes de intentarlo siquiera, pasando un brazo por los hombros del rey, Enderezándolo con cuidado, aliviando así el peso que el adolorido cuerpo del chico tenía que soportar) Alteza, Necesitas responderte a ti mismo ( Susurró la mujer, tenía los suaves cabellos acariciándole la mejilla. Los pulmones de la azabache se llenaban con la esencia del menor, haciendo que el bombeo de su corazón aumentara de frecuencia. Nada más la proximidad contraria lograba en ella respuestas inimaginables. Cómo la total entrega y devoción que cada gramo de su cuerpo gritaba) ¿No lo escuchas? Te pide descanso. Una pausa de aventuras (Con tan sólo mirar los ojos entrecerrados de la chica. Hasta un niño podría adivinarlo. Las emociones que la ligaban con su rey eran mucho más íntimas que cualquiera en su clase.)
(Alex quedó con la cabeza acostada por el hombro de la mayor, los ojos azules interceptaron la mirada que ahora no desprendía más que preocupación y un intenso cariño. Las ojeras en la maga eran profundas, bien oscuras. El leve temblor en el brazo izquierdo de la guerrera, El mismo que ahora lo sujetaba, era casi imperceptible. Pero para el menor. Quien conocía a la perfección las habilidades e historial de la contraria. Eso no era para nada común. Mirrimah estaba realmente agotada. ¿Cuántos días habrían pasado?
La mujer, que aún sujetaba el vaso con la diestra, Se acomodó en el borde de la cama, Evitando mover al rey. La acercó a la comisura de los labios de su monarca, Pintándolos primero. Antes de verter suave y pausadamente el contenido. El rey frunció el ceño. El agua no hacía más que quemarlo por dentro. La garganta la tenía inflamada y latente, Gritando piedad. Debido al veneno que de alguna manera había ingerido. Apenas empezó a toser y la mujer había retirado levemente el líquido.
El rey experimentaba un horrible dolor cada vez que eso ocurría, toz seca. Las paredes internas se rozaban entre sí. Quebrándose y gastándose entre ellas. La sangre eventualmente escapada por sus labios. Justo cómo ahora. Nada más al poner una palma sobre el cuello del menor, uno podía sentir los gritos de ayuda en cada palpitación.
La chica dejó el vaso en el suelo, y su lugar lo ocupó un suave paño de seda negro que la misma tenía dentro del bolsillo. Limpiando el hilo de sangre que corría por los labios del contrario. Mismo paño que dejó sobre una rodilla. Volviendo por el liquido.
Alteza ( Y volvió a tenderle el vaso. Realmente estaba consciente del horrible dolor que experimentaba cada vez que algo pasaba atravez de su garganta. Pero… No podía ver cómo se deshidrataba por cada segundo. Alex mantuvo los labios cerrados. Negando el acceso) Se lo ruego, Alteza ( Insistió, En un tono muy bajo y ronco, El cálido aliento de la guerrera daba suaves caricias de alivio a la frente del menor (pero aún así los labios no se abrían) Alex… ( Dejó momentáneamente los títulos de un lado) Por favor… Has bebido muy poco. (Realmente la mujer lo estaba implorando)Necesitas más…
Solamente allí, El rey siguió bebiendo. Con infinitas pausas. Que su compañera y cuidadora aceptaba y esperaba, Las toces que subían de intensidad, reacias a cualquier intención de bien para el joven, Mirrimah lo limpiaba cada vez que fuera necesario. Hasta que finalmente el menor había terminado el contenido.
(Mirrimah le sonrió) admiro su fortaleza Alteza (Exclamó en un susurro. Había sido la primera vez en 3 días que el albino había podido terminar el vaso de agua. Un alivio para la guerrera, y para todo el imperio que colgaba de los pequeños hombros de su monarca, El rey, con todas las fuerzas que no le quedaban realmente. Estiró la palma para posarla sobre la cálida mejilla de la mayor) Mirrimah (Agregó, con la voz ronca, seca) ¿Hace cuanto que no duermes? (El brazo del menor perdió toda fuerza, incapaz de mantener la posición, cayendo rendido, desplomado sobre el colchón. Aunque… no hubo impacto, la mano de su cuidadora la cogió mucho antes, Presionándola nuevamente sobre su mejilla, La palma del rey estaba tan odiosamente fría, gélida y delgada. Por más el calor de las brasas estuviera allí, nada parecía ayudar al joven albino.
- No te preocupes por mí, Alteza.– Entregaría mi vida por ti, Pensó. Alex negó en respuesta.
- Mi.. (Las palabras salían con verdadera dificultad – Mi más preciada guerrera… ( Continuó, en susurros casi imperceptibles) No puedo mantenerme ajeno a lo que te ocurra…
(Alex no desvió los ojos de él, Mirrimah no apartó la mirada. El corazón de la guerrera dio un vuelco. El cariño transmitido por el roce helado hacían que su alma tiemble del confort. Alex… El joven rey enemigo del aire, No encontraba las fuerzas para continuar, Las palabras que faltaban, Palabras que nunca soltó. Sentimientos que deseaba transmitir… Que luchaba arduamente por decir…)
- Está bien (Contestó la chica, quien posó con delicadeza el dedo índice sobre los labios del menor. Con tal de callarlo) No es un secreto, Lo sé.
Ambos estaban conscientes de la situación.
Por más débil o sucio que estuviera el rostro de Alex. No podía existir algo más hermoso e importante para la chica, el lo sabía.
El castaño sonrió con amplitud.
A los ojos del rey, No había otro ser más importante, Fuerte y apuesta que su más preciada protectora, Mirrimah lo sabía.
- Descanse…Mi pequeño rey.
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Orígenes y Perdidas
De TodoLocuras bailando en medio del vacío de la eterna existencia.