Right Reasons || taekook ♡

I - Catorce de Febrero

Catorce de febrero, fue en celebración de San Valentín que ellos tuvieron una cita, la cual consistió en una cena y reservaron la habitación de un hotel por primera vez en la vida de los dos, con vino, y tuvieron sexo apasionado toda la noche, sin protección.

Habían decidido que estaban listos para ser padres hacía unos meses, y fue una coincidencia muy bonita que la prueba saliera positiva días después de esa mágica noche de San Valentín.

Ella se quejó mucho durante el embarazo, pero Taehyung no se preocupó porque él estaba igual de nervioso, ansioso, y siempre estaban las hormonas. Nunca se le pasó por la cabeza la idea de que el deseo mutuo de tener hijos no había sido tan mutuo realmente.

Pero pasó el tiempo, y su hijo estaba ya junto a él, sano, hermoso, y desde el momento en el que anunció su presencia en este mundo con un grito sorprendentemente fuerte para una persona tan chiquita, quedó firmemente adherido al corazón de Taehyung, se pegó ahí como una gomita, de una manera hermosa.

Ella se había adherido a su corazón también.

Y cuando dijo que esa no era la vida que ella deseaba, que sus sentimientos hacia él habían desaparecido tan de repente que no sabía a dónde se habían ido, rompió un pedazo de su corazón y se lo llevó con ella.

Ella dijo que era difícil, que, si amaba a su hijo, pero lo hizo en un desesperado intento de hacerle entender que no por eso Taehyung lo amaba más. De igual manera ella le dio la razón al seguir diciendo que no estaba lista para ser madre y quería huir.

Antes de cerrar la puerta detrás de ella, besó la mejilla gordita de su hijo y Taehyung pudo ver en su reacción que sus labios eran muy fríos.

Quizás ella rompió también un pedazo de ese corazoncito en ese momento, pero el niño no lo notaría hasta el siguiente día cuando no sintió más la presencia de su madre y Taehyung tuvo que lidiar con crisis de llanto por semanas.

Pero sobrevivieron, ambos, con mucha ayuda de la familia de Taehyung y sus amigos. Y ellos construyeron una nueva vida en la que Taehyung dejó parte de su trabajo y se mudó a un apartamento más pequeño, pero nunca se quejó sobre nada.

Cuando ella murió en un accidente de tránsito él no tenía idea de qué sentir.

Se preguntó si era mejor saber que ella no lo amó hasta el final, o si ese conductor borracho hubiera golpeado el auto de ella en la carretera seis meses antes y él hubiera sido capaz de derramar su corazón en su funeral.

Él nunca recuperó la parte que ella se llevó, así que en su funeral se sintió más bien adormecido.

Pero si, lloró, y no fue por ella, o por la historia que tuvieron, fue por el niño de un año de edad durmiendo tranquilamente en el regazo de su abuela, primero por perder a su madre y luego por perder la mínima posibilidad de volver a verla alguna vez.

Al menos era algo bueno que él hubiera tenido tiempo de acostumbrarse de cuidar de un niño solo antes de caer en cuenta que siempre serían solo ellos dos.

Por un momento, mientras estaba parado pensando sobre el futuro con lágrimas cayéndole por las mejillas, no estaba seguro si su fragmentado corazón volvería a latir apropiadamente de nuevo.

Pero tampoco se detuvo. Estaba roto, sí, pero algo mantenía las piezas juntas, algo como una gomita.

Cuando su padre lo levantó del regazo de su abuela, Yeonjun dejó salir un grito encantado y sus pequeños y gorditos dedos se cerraron alrededor de un mechón de cabello de Taehyung, sin piedad.

Taehyung miró esos brillantes ojos cuando otra mano encontró sus labios y jalaron, las uñas pequeñísimas enterrándose en su piel. Fingió morderlas y la risa del bebé sonó como música para sus oídos.