Salvación Maldita, Redención Descendente

Capítulo 8: VIII: El pecado

El sol estaba alto en el cielo y el clima era maravillosamente cálido. Naruto solo podía esperar que esto fuera un buen augurio para lo que sucedería más tarde ese día. El anuncio se realizaría al mediodía, pero ANBU y muchos Jounin ya habían sido informados parcialmente de la situación. Todavía no sabían quién era el Hokage, pero el Oni les había informado, como protocolo, que no necesitarían emprender acciones militares ya que se había seleccionado un sucesor. La identidad real de Rokudaime fue revelada, pero eso no importaba por ahora.

La ceremonia en sí no se parecía en nada a lo que Naruto había imaginado. Había caminado a través de la torre Hokage hasta el penúltimo piso y atravesó los salones ceremoniales. Había bebido el Sake que se había ofrecido como ofrenda y había tomado un sorbo del té de crisantemo que había sido importado especialmente. Itachi le había informado que esto se debía al té que se decía que limpiaba los ojos y el hígado, por lo tanto, eliminaba el estrés, la ira y la deficiencia de yin con la que estaba asociado el hígado.

Tal vez debería conseguir un poco de este té para Itachi, para ayudarlo con sus ojos. Naruto estaba seguro de que el Sharingan volvería a tener efecto en algún momento; independientemente de la cantidad que Itachi usó.

Sacudiendo la cabeza, Naruto volvió a concentrarse en la ceremonia. En lugar de volver a ponerse las túnicas blancas tradicionales, Naruto optó por conservar su capa negra y naranja. Al principio, los Consejeros habían estado en contra de la moción, pero Naruto les recordó que no estaban en el mejor momento para hablar de capas; Lo más probable es que Konohagakure vaya a la guerra y no tenía sentido mancharse de sangre una bata blanca.

Las letras de Namikaze se habían trasladado al corazón de Naruto y el kanji de 'Rokudaime' se injertó en la parte posterior de la tela. Aparentemente había sido fácil; hubo cierta habilidad cuando se hizo la capa y esto hizo que todo el proceso fuera mucho más fácil.

Naruto se acercó a la abertura del balcón. Koharu estaba anunciando el Rokudaime y Naruto podía sentir su corazón latir salvajemente en sus oídos, casi como si quisiera salir de su pecho.

"Namikaze Naruto".

Naruto salió, como ensayó antes, completo con un sombrero negro y naranja. La recepción que recibió fue sorprendente, la gente de hecho vitoreó. Una lágrima se deslizó por el rabillo del ojo de Naruto cuando se dio cuenta de que esta, su Konoha, estaba en casa. Él era el Hokage y Konoha estaría entrando en una guerra secreta si todo salía como estaba. Siguiendo a sus predecesores, Naruto daría todo por estas personas.

Finalmente entendió por qué su padre había hecho el último sacrificio. Entendió por qué el Sandaime había llamado a cada ciudadano de Konoha su familia... el pueblo, el Hokage, la gente... todos eran uno.

"Bajo la cláusula de Aceptación, Namikaze Naruto, hijo de Uzumaki Kushina y Namikaze Minato, ha sido elegido por Godaime Hokage Tsunade como Rokudaime oficial".

El resto había sido borroso para Naruto, ya que había visto a la gente de Konoha mirar hacia arriba, algunos en adoración. ¿Dónde estaba el Kyuubi gaki ahora? Dónde estaban las miradas odiadas, los puñetazos hirientes... con su Rokudaime en su lugar, Konohagakure aprendería una amabilidad que ningún otro Hokage podría demostrar; ni siquiera el Yondaime. Naruto conocía el puro dolor del sufrimiento y trataría con todas sus fuerzas (y las del Kyuubi) de aliviar el sufrimiento de cualquiera dentro de su aldea.

Hubo objeciones, por supuesto, que acudieron a los Asesores después del anuncio. Habían exigido que el demonio fuera removido de su posición, pero el Oni no tuvo más remedio que defender a Naruto. Tsunade había firmado documentos oficiales que declaraban a Konoha bajo amenaza de guerra y su elección era no ser destrozada a menos que tuviera una consecuencia válida. Homura luego mencionó la alianza Suna-Konoha... y el hecho de que se fortalecería con Naruto en la sede del poder; nadie podría negar eso.