un sueño cualquiera

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Un sueño cualquiera


Soñé, que anoche llegabas, me besaste luego de sentarte en mis piernas y no sé si fue obra del sueño, pero en menos de un minuto la ropa ya no se afirmaba sobre nosotros.
Baje lentamente hacia tu cuello, lo bese sin dejar de abrazarte desde ese instante mis manos tuvieron vida propia, baje un poco más, y me refugié en tu pecho, y el sonido que salió junto con tu voz me hizo de dejar de ser yo.
Besé tu abdomen y apreté con mis manos de manera firme tu cintura. Puse tus piernas sobre mis hombros y probé ese sabor que emana de ti. Y ningún whisky me supo tan particular como lo que estaba probando, en si ya me sentía ebrio.
Ya no te era posible contener todo lo que salía de ti, ni dónde besaba, sin parar ni tu boca que ya no te hacía caso.
No sé cuánto tiempo pase deleitándome solo sé que pasaron 2 álbumes de la banda que me gusta. Hasta que por fin entre en ti, lento y con amor, y tu espalda se arqueaba y me mirabas con una mirada autoritaria "sigue" era lo que expresaba, duramos unos 30 minutos así entre besos, amor y caricias Hasta que se me acabó la paciencia Te alcé y te puse de espaldas contra mí y mirábamos al mismo punto cardinal, Tu cabellera se enredó en mi muñeca y te embestía con fuerza, chocábamos con euforia, con malicia
Ni tú ni yo sabíamos quiénes éramos. Por ti misma movías tus caderas sacándome y adentrándome dentro de ti
Tan calor interno, no habido una fiebre en mi sistema que me haya orillado a tal temperatura o fantasía que me haya dado tal placer
Los besos en la nuca, agarrar tu cintura y acercarte a mi como si no quisieras que te fueras nunca (justamente era cierto) Las mordidas que deje en tu espalda fueron suaves, desaparecerían el lunes, aunque fueron hechas un martes
Tus hombros fueron mis cómplices ya que de ellos me apoye para empujarte con la intención de atravesar te, llegué a sentir compasión por ti, baje mi ritmo por un segundo y me miraste con desprecio, y con todo el odio de mundo abriste más tus piernas y pegaste tu pecho al ras de la cama y tus manos separaban las montañas para mostrarme el paraíso en cuál querías que disfrutará, desde ahí, desde ese preciso momento supe que de ti no tendría compasión,
Esto no acabaría hasta que no me rogaras que parará y te diera un descanso, uno de los dos caería esa tarde, aunque me sentido de la orientación me dijo que ya eran más o menos las 1 1.
Los chupones en tu cuello, las nalgadas que eran el castigo que no era castigo, Apretabas tanto, los dientes para no darme tregua de escucharte para escuchar me victoria, pero en eso sí te toco Izar la bandera blanca, aunque a media asta Me regué sobre ti y teñí tus sábanas ¿Quién no?, si la postura asumiste por odio fue una estaca al corazón de black. Pero más demore el gemir en qué estuvieras encima de mí, tus manos pasaron de acariciar mi pecho a ahorcar mi existencia ¿Pensaste que me iba a quejar? Cuando viste la sonrisa en mi rostro solo pudiste reír y decir "desgraciado"
Pero esto es una lucha, ingenua, te abrace mientas rebotabas en mí, y te pegue a mi pecho y te ataque con toda la artillería. Me bañaste de almíbar, nunca me sentí tan sucio y limpio al mismo tiempo.
Pero ahí, en ese momento, nadie perdía y nadie ganaba.
Jajaja, pero aquí no hay empate. Costado a costado respirando los últimos aires de placer o eso creímos Los chupones en tu pecho, los mismos en mi cuello, tus posaderas rojas y una morada, las mordidas en tu espalda y las que provocaste en mis brazos, los aruños en mi espalda, tus piernas temblantes, el hambre, el cansancio, y las ganas de bañarse, pero la indisposición de ir a la ducha.
El sol marcando el amanecer, la Alarma sonando para ir a trabajar, 2 escusas de no poder ir a trabajar por teléfono.
Las enterradas de uñas en mis hombros y los cueros cabelludo dolidos, los labios rotos, las lenguas extasiadas, el querer abrazarnos y por el sudar querer estar lejos demostraban que fue una guerra desbastadora, pero justificada y bien peleada. Y sin ganador por qué ninguno consiguió que el otro bando se rindiera.
Así quedamos, aliados por un tratado de Versalles, pero de tus labios salió la una amenaza de guerra, ¡no era una amenaza, era una declaración! "Nos vemos el viernes" No era sueño, era un recuerdo, debo dormir bien hoy jueves.
















X: Brayhan Polo

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