Epilogo (EXPLICITO)

110 5 2
                                    


Sin perder más tiempo, Rin se trepó sobre mí y posó su culito justo encima de mi erección. Llevaba rato queriéndolo sentar ahí y ahora ahí estaba, con los brazos entrelazados sobre mi espalda y sus labios casi fundiéndose con los míos en unos besos locos.

RIN: ¿Sabes que es lo que me pone más de ti?

IBARA: ¿Qué?

RIN: Tu sinceridad patológica (bajándose el boxer)

IBARA: ¿En serio?

RIN: Sí (metiendo su mano en mi ropa interior). Bueno, aunque esto de aquí también me pone como una gata en celo.

IBARA: Uf sí (disfrutando como tomaba mi pene en sus delicadas manos y frotaba la punta entre sus nalgas), se siente tan bien. A mí me pone como un animal.

RIN: Ah! (puso cara de dolor) Ibara... no... aun no la metas... solo estamos jugando ¿sí?

IBARA: ya jugamos mucho por hoy.

RIN: A...ah! Ibara... ah! ¿Aun tienes las medias puestas?

IBARA: (responde automáticamente) Sí

RIN: Significa que no has cumplido con tu parte del castigo. "Desnudarse hasta la última prenda", ¿recuerdas?

IBARA: Sí, es cierto.

RIN: déjame, yo te las quito (se voltea y se inclina para sacarme las medias)

IBARA: (lo coge de la cintura) no te vayas a caer...

RIN: No te preocupes, me tienes bien agarrado. Aaaa... (esta vez gime al sentir mi lengua entre sus nalgas)

No me he aguantado. Con la excusa de desnudarme las última prendas Rin había puesto su culito ahí frente a mi cara. Desprevenido. A la vista y paciencia de un predador que él sabía que llevaba años acechándolo. Cuando éramos niños Rin y yo solíamos forcejear a veces. Yo lo hacía solo porque me encantaba arrancarle uno de esos adorables gemidos. En las noches me sacudía la verga recordando esos soniditos que hacía y pensando en lo rico que sería acorralarlo entre mi verga y el colchón, y hacer que gritara mientras se la iba metiendo toda.

Pero ahora Rin estaba ahí, con su culo en mi cara y gimiendo como un descosido. Mi lengua lo volvía loco. Podía sentirlo en la forma en como me meneaba el culo. Como pidiendo más.

Sin dudarlo, volví a sentarlo sobre mi erección solo que esta vez ya bien untado con mi saliva.

RIN: Ahhhh... (cerrando los ojos con fuerza mientras mientras avanzo centimetro a centimetro por su interior)

Lo agarro por los 2 mechones de cabello a cada flanco de su cara, cara que va cambiando una mueca de dolor por otra extasiada al sentir que sus nalgas van alcanzando la base de mi pene. Es grueso, venoso y con una ligera curvatura hacia arriba. Y ahora mismo está todo dentro de Rin. 

Poco a poco comienza a moverse sin dejar de gemir en cada clavada. Le encanta sentarse en mí. Reposar todo de sí en un hombre honesto como yo, alguien a quien puede entregarse sin reservas.

RIN: ¿Estabas celoso de Archer, cierto?

IBARA: Sí

RIN: ¿Pensaste que deseaba meterme su verga como me estoy metiendo la tuya ahora?

IBARA: Sí

RIN: ¿Y que él era más capaz de complacer a un uke? ¿De ofrecer algo más grande?

No respondí. No me hacía chiste admitir mis inseguridades.

RIN: Pues sí. Sí lo quería. Deseaba montarme en él y que me abra con su falo... Ahhh... que me tenga como su juguete sexual toda la noche, desquitando toda su calentura solo conmigo... Uhhh, y que... me dé tod... Ahhh... ah, ah, ah... 

Rin no pudo seguir hablando. Ahora estaba recostado con la cara contra uno de los sillones, que se movía con cada embestida que le metía. Lo tenía suspendido en el aire, sujeto de las piernas con mis manos y, por supuesto, enganchado bien a mí a la altura de la pelvis.

RIN: Ibara... amo lo fácil que es hacerte enfadar... y lo rico que lo haces cuando estás enfadado


Kakegurui Bara (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora