¿Saben que es feo? Que unas mujeres se peleen por un macho.
O sea, marica, no. ¡No! No hagan eso.
Pero ajá, además de ser un consejo, es el punto de partida del siguiente beta a relatar. Ese que comienza con una chama cabellos largos, negro, ondulado, esa que estaba delante de una computadora de mesa a la cual maldecía. Porque sí, tú sabes que cuando uno se arrecha, discute con todo lo que se le atraviesa.
En este caso, la chama maldecía al aparato en cuestión porque había visto un beta en face, cabe acotar que desde su cuenta falsa la cual se abrió para poder enviarle la solicitud otra chama que tenía entre ceja y ceja, entre nalga y nalga. Y estaba a nada, marica, a nada, de guindarse de las greñas con la otra... Aunque la otra no tenía mucho cabello del qué agarrar, apenas le daba por los hombros, pero ustedes me entienden.
—Malvada Winerva, nojodas. Deja quieto, que un día le zampo —disque le zampa, dice.
Batuqueó el mause a lo coñazo dándole like a una foto de un carajo sin querer, mismo carajo que, verga, como que estaba esperando una señita, porque rápido le repicó escribiéndole con un mame por delante.
—Ah vaina, ¿en qué momento agregué al gordo que vende manteca e chicharrón? —Ahí bloqueó al tipo porque ya le estaba ofreciendo chicharrón gratiñan.
Mientras ella seguía hablando con la pantalla de la computadora de mesa, ubicada en una salita de una casita modesta, de esa que tienen la pared de la sala llena de adornos extraños, que si, por ejemplo, un conjunto de elefantes, mitades de girasoles, soles con ojos, rosas, esas figuras que están pintadas de forma escandalosa. Una chama que estaba más atrás, en la mesa del comedor, le echaba sus miradas de vez en cuando.
—Karina, ¿me vas a echar el tinte? —le preguntó a la otra que ni pendiente le paró bolas—. Marica, ya lo estoy preparando. Deja la vaina con Winerva es que. Me tienen la cuca flaca ya, para ser sincera.
La palabra cuca o Winerva, mejor dicho, como que le hizo reaccionar a la otra que estaba malconada en esa silla con una pata subida, y se giró echándole una mirada matadora a la otra chama.
—Ahorita te echo el bendito tinte, Ningiré. ¿No ves que ando arrecha? Después te echo mal esa vaina y te arrechas.
—Tsk —la tal Ningiré chasqueó a mala gana la lengua, escurriendo el estuche de tinte en un pote de mantequilla vacío.
Llevaba jalándole bolas a la otra para que le echara el bendito tinte color rojo pasión, y la otra ni le paraba bolas por estar pendiente de una tipa a la cual, según sus palabras, le quiere zampar. Supongamos que zampar un coñazo, porque a cada rato se metía en el perfil de la tal Winerva Pérez, y miraba con odio sus fotos en la plaza del pueblo.
—¿No se pudo tomar esas fotos en otro lao' menos niche y tierruo'?
—Aaaah puesto la gallina un webo. ¿Te duele? Llora pues —le picó Ningiré, buscando que la otra que se nota que hierve en arrechera, le mande el tinte por la cabeza y no de la manera que quiere.
Pero en este caso apoyo a Ningiré, porque marica, que feo caso tenerle tirria a otra mujer porque te haya "quitado" un macho.
—Deja tu vaina, Ningiré, deja tu vaina —le amenazó.
—Pero es que es verdad. —Se le fue acercando arrastrando una silla del comedor hasta dejarla al lao' de la otra—. Falta que me digas que le vas jace' un amarre al tipo ese. Coño, yo sé que tiene plata el Mauricio, pero pa' cae' tan bajo tampoco. ¿Lo vas a poner a tomar café con miao? ¡Coñooo! —gritico que se echó por el lepe que le mandó la otra.
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Un de todito, mamex.
FanficNada, o sea cuentos, betas, vainas, situaciones que se me ocurran y me parezcan graciosas y las convierta en un one shot. ¿De qué ship? ¿De cuál grupo? Esto es un de todito, gente. Usted métase y vea que hay de todo.