Érase una vez en una tierra del siglo VI donde existían varios reinos, la mayoría de ellos eran neutros, otros habían marcado una tregua, pero otros eran hostiles, sobre todo uno de los reinos que se encontraban cerca de un lago, Camelot estaba seña...
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Ahora con el reino de Aja y Krel en el juego, todos hacían guardia y se aseguraban que los soldados de Arturo no merodearan la zona. Ahora todos los soldados portaban armas, al igual que los invitados, esto para poder defenderse ante cualquier ataque. Aja caminaba para asegurarse de que todos estuvieran bien, miró a una dirección y Steve estaba contándole una historia a los niños. Todos estaban sentados en el pasto mientras él tenía marionetas improvisadas, y cuando este contaba algo gracioso, todos los niños reían. La reina sonrió mientras miraba la escena, volteó a otro lado y notó que Bellroc estaba lejos de todos, se encontraba arriba de una rama de un árbol, este estaba tallando un objeto de madera, le daba forma con ayuda de una daga pequeña. Iba a ir con él, pero Nari la tomó de una mano y le sonrió.
-- Este lugar es hermoso, nunca antes había visto un reino humano así... Bueno, es el primer reino humano que he visto, pero estoy segura que es el mejor
-- Muchas gracias -- Sonrió.
-- Como quisiera quedarme, los niños que están aquí no se asustan al verme, me han invitado a sus juegos y la he pasado de maravilla
-- Pero eso no pasará -- Skrael apareció -- Mañana en la noche partiremos de vuelta al bosque
-- ¿Qué? -- Nari lo volteó a ver, tenía tristeza en su rostro.
-- No podemos quedarnos aquí
-- Genial -- Sty salió de una pequeña bolsa que la pequeña tenía -- Ya quiero ver a los demás
-- ¿Trajiste a esa rata? -- Dijo Skrael.
-- Quería venir conmigo, es que tenía ganas de ver dónde vivía Aja
-- Hola, pequeña -- La reina la saludó.
-- Reina Aja -- Se lanzó y aterrizó en las manos de la chica -- La extrañamos mucho, los demás se preguntan cuándo volverá
-- ¿Volver?
-- Sí, se corrió el rumor de que sólo vendría a llevar alimento para el pueblo y después regresaría
-- Yo, ammm
-- Nari, cocina de una vez a esta rata
La niña la tomó y la guardó en la bolsita.
-- No incómodes a Aja, ella ya está en su hogar y no podemos obligarla a irse
-- Ah, con ella todo era más divertido -- Se metió a la bolsa.
-- ¿Se irán tan pronto?
-- Sí, agradecemos tu amabilidad, pero allá afuera hay seres que necesitan ayuda y no podemos dejarlos sin protección
-- Pero, Skrael, nuestro padre exige lealtad a los gumm-gumms, sin importar nada -- Nari estaba algo asustada.
-- No estoy diciendo que los ayudemos, a los gumm-gumms no les importa el equilibrio y la paz entre la magia y la humanidad, quieren exactamente lo mismo que Arturo, no podemos permitir eso. No importa lo que nuestro padre diga, debemos salvar a las criaturas, sufren peligro en ambos lados de la frontera
