Érase una vez en una tierra del siglo VI donde existían varios reinos, la mayoría de ellos eran neutros, otros habían marcado una tregua, pero otros eran hostiles, sobre todo uno de los reinos que se encontraban cerca de un lago, Camelot estaba seña...
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Había pasado unos pocos días, trabajadores de la ciudad estaban arreglando cualquier desastre que hubiera ocasionado aquella pelea. Todo habría vuelto a la normalidad en la pequeña y "tranquila" ciudad de Arcadia. Todos volvían a su vida habitual. Nari volvió con sus hermanos, quienes vivían aún en el bosque, ya que todavía les costaba trabajo adquirir hábitos humanos. Sin embargo, de vez en cuando visitaba a Krel y Douxie, sin mencionar las múltiples pijamadas que tenía con Inda, quienes se la pasaban jugando todo el tiempo en casa de los hermanos Tarron. Bellroc era el que más se esforzaba para adaptarse a la vida urbana, esto debido a que su amada y su pequeña vivían ahí, y no quería alejarlas de ese entorno, puesto que ahí habían vivido mucho tiempo y sus amigos y familiares estaban con ellas. Godwin, por su parte, se quedó con Lyna, aquella joven hechicera que lo había ayudado hace años, pero sólo se quedó por un tiempo, ya que decidió seguir su camino solo, queriendo conocer más sobre este nuevo mundo humano. Víctor ayudaba a Aja con algunas cosas, el clan mágico le había ofrecido nuevamente su puesto como hechicero guardián, pero se negó, le gustaba su vida normal en Arcadia, además no quería dejar sola a Aja, a quien apreciaba mucho, y aunque lo suyo no pudo fluir más allá de una amistad, estaba tranquilo de que ella estuviera con el amor de su vida.
La historia de nuestros desafortunados amantes no se ha quedado ahí, ambos se ponían al corriente, mencionando sus múltiples aventuras al otro, Inda disfrutaba mucho de la presencia de ambos, por fin estaba viviendo su mayor sueño, convivir con su familia. Aja estaba feliz de por fin volver a vivir junto a su amado, como en los viejos tiempos. Un día, Bellroc estaba hablando con Krel y Douxie, quienes estaban en el parque con las pequeñas.
-- Bueno, tras todo lo que pasó y, esperando que no pasen más cosas... Pues, Krel y yo estamos pensando en por fin adoptar. No estamos seguros de si queremos niño o niña, quien sabe, incluso podría ser ambos, pero le dijo que mejor sería un niño, ya que Nari siempre será nuestra pequeña -- Sonrió mientras miraba a Nari jugando con Inda. Krel había ido con ellas para cuidarlas.
-- ¿Adoptar?
-- Sí, Krel y yo ya hemos formalizado y estamos casados, es momento perfecto para tener otro pequeño, ya que Nari por fin ha encontrado a sus hermanos y la casa se siente algo vacía cuando no está -- Suspiró y luego miró al semidiós -- ¿Y qué hay de ti? ¿Has pensado en formalizar con Aja?
-- ¿Formalizar?
-- Ya sabes, una boda... La unión de dos personas que se aman mucho
-- Sé lo que es una boda, niño, lo que no sé es cómo lo hacen ustedes los mortales -- Dijo con enojo.
-- Bueno, no te esponjes, Krel y yo te ayudaremos
-- No sé si sea buena idea
-- Vamos, no seas tímido
Douxie le sonrió, pero al parecer a Bellroc no le hacía ni una pizca de gracia. A pesar de estar de cambiarse al bando de sus enemigos, aún guardaba cierta distancia sobre ellos, pero hacía lo posible para convivir con ellos y así ver a Aja y a Inda felices.
