CAPÍTULO 5

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Bahar Uzun:

Me encuentro mirando atentamente a las tres personas que tengo sentadas frente a mí. Contando de izquierda a derecha; el detective Onur, la señorita Yıldız y el fiscal Selim, me miran atentamente, pendientes del motivo de la citación. El único que ya sabe lo que tengo para decir, es el fiscal, pues por protocolo me ha tocado informarle con anticipación el nuevo rumbo que tomará el proceso judicial que encarcelará al posible Leviatán.

—Bueno, ante los últimos hechos que aquí todos conocemos, el juicio tomará un nuevo rumbo — los tres asienten — Ya no es el Estado contra Serkan Bolat, sino, Serkan Bolat versus Yiǧit Yılmaz, por una cuestión meramente probatoria. Ya que procesalmente no se puede culpar a ambas personas por el mismo delito, serán ellos mediante sus abogados quienes prueben su inocencia ante mí y ante el jurado, que es el que terminará decidiendo. Es por esto, que el señor Yücel dejará de ser parte como abogado de la fiscalía.

—Esto quiere decir que el señor Yılmaz debe buscar un abogado, ¿cierto? — Eda es la que pregunta, y yo asiento ante sus palabras.

—Cierto, eso ya le fue informado al señor Yılmaz — contesto. Eda asiente, aunque su rostro me revela con anticipación que continuará haciendo preguntas.

Eda es una mujer muy expresiva, salvo cuando se encuentra en tribunales. Su lado profesional no tiene fallas cuando lo pone en acción. Sin embargo, sé que hay algo detrás de todo que nubla un poco su imparcialidad. Eda cree mucho en su cliente, en su inocencia. Quizás yo sea la que se equivoque y Eda tenga motivos para saber por qué es imposible que Serkan Bolat sea el Leviatán. El problema no es estar equivocada, el problema es que Eda no utilice esa carta desde un principio, no creo que sea algo peor que ser acusado de ser el peor asesino de los últimos cinco años.

—Para no perder tiempo en el juicio, ¿es válido utilizar el testimonio que dio el nuevo acusado en la última sesión antes de ser arrestado o lo desestimará? — me pregunta la castaña y yo me tomo unos segundos para responder.

—No puedo responder eso ahora, Eda, tenga en cuenta que quien defienda a Yiǧit puede justificar una desestimación con precedentes — ella asiente, puedo ver los pensamientos ir a cien kilómetros por hora en su cabeza.

Recuerdo cuando éramos compañeras en la universidad, siempre competíamos, silenciosamente, para ver quién era la mejor. Siempre creí que la carrera nos llevaría a ser adversarias, al nivel que hoy lo es con Volkan, pero hemos tomado caminos diferentes. A Eda le apasiona pararse en el medio de un juzgado y hacerse oír, yo, por el contrario, soy de las que oyen y dan el último golpe para hacer justicia. Hoy por hoy, luego de varios años, puedo decir que Eda y yo formamos, muchas veces, un buen equipo. Ella defiende, con ímpetu e inteligencia, la justicia para sus clientes, y yo la declaro.

—Lo que no me queda claro es, ¿por qué no desestimar la única prueba contra Serkan? — alzo una ceja ante su pregunta — Es obvio, lo que sucede con mi cliente es una confusión y todo está bastante claro ahora.

Antes de poder responderle, el fiscal hace uso de la palabra.

—¿Claro? ¿Usted se escucha cuando habla, Yıldız? — el tono irónico de Selim no pasa desapercibido — El juicio de Bolat tiene que llegar hasta el final.

—Se le puede absolver, si puedo utilizar los testimonios del último juicio, incluso si tengo que volver a citar a cada testigo, lograría que luego de la primera sesión con esta modalidad, mi cliente quede absuelto — dice Eda, como si fuera obvio.

—¿Se olvida que el otro acusado puede presentar pruebas de su inocencia, y también pruebas contra su cliente? — Selim no abandona la ironía al dirigirse a la abogada, algo que, si usara contra mí, me sacaría de quicio completamente.

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