XLVIII

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Me gusta mirarte y reflejarme en esos ojos cafés que me invitan a pecar, llenándome la cabeza con ideas desenfrenadas, con escenas solo estamos tú y yo.

Me gusta tocarte y sentir tu piel aterciopelada rozando con la mía, haciéndome percibir hermosas sensaciones, un hormigueo que no cesa nunca, que persiste en este cuerpo que te pertenece.

Me encanta tu embriagador aroma, el cual se impregna en mis fosas nasales impidiendo que otros aromas opaquen el tuyo que es único.

Adoro saborearte. Tus suaves labios color rosa, que acarician mi desnudez, y que retornan a mi boca que se seca cuando no tiene a la tuya para mojarla.

Amo tus manos que se pierden con las mías, que me exploran más allá del infinito haciéndome llegar hasta la mismísima luna plateada quien de vez en cuando nos espía.

Te amo a ti, fuerza inigualable que acapara toda mi atención, que me aleja de la cotidianidad para sumergirme en un mar de ideas, de aventuras y paisajes a los cuales no podría ir sola. 

Flores para Sue - Antología PoéticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora