Estoy en la habitación de un hotel cualquiera con la chica en turno que en verdad no me moleste en recordar su nombre siquiera.
Así se basaba mi nueva rutina desde que Makima había roto nuestra relación, me había dejado por ese chico nuevo en su trabajo ese tal Aki Hayakawa. Un imbécil de colita y mirada aburrida un completo idiota a mi forma de ver.
Había descubierto que me engañaba.
Y eso me venía como anillo al dedo porque en verdad ya estaba harto de ella, su constante control hacia mi y desinterés me habían cansado desde hace mucho y también había provocado que yo la engañara primero.
Pero eso cambió tan solo unos días después porque su ausencia me calaba y extrañaba su preocupación genuina.
La extrañaba y mucho.
Makima era mi brújula, la guía que me ayudaba a tener un propósito verdadero y me daba una razón de ser.
Estaba perdido en mis pensamientos hasta que sentí que la pelirroja a mi lado se removia y abría sus ojos.
«Aquí vamos de nuevo.» pensé.
—Buenos días guapo. — sonrió la chica mientras sonreía y estiraba sus brazos para rodear mi cintura.
Con la gentileza (casi inexistente) que poseo retire sus manos y me moví para sentarme en la orilla de la cama.
Sabía lo que tenía que hacer.
—Buenos días, bueno viendo que ya estas despierta creo que lo mejor es que me vaya. Igual la habitación ya está pagada por si quieres quedarte un tiempo más acá.
Le decía mientras tomaba mi bóxer y pantalón para ponermelo, pude ver como fruncia el ceño en disgusto.
—Pensé que nos quedaríamos aquí para otra ronda, ya sabes para conocernos mejor. —me dedico una sonrisa seductora.
—Creo que pensaste mal amiga, ayer te lo dije antes de acostarnos. No busco una relación, lo de ayer solo fue una simple diversión. Estaba caliente tu también y eso es todo, no me interesa conocerte es más nisiquiera recuerdo tu nombre.
La vi contraer su bonito rostro y como pasó del blanco al rojo escarlata del mismo tono de su cabellera.
A veces sentía mucha pena por ellas, que se hacían una idea equivocada al pensar que después de un acostón ya tendriamos una relación, aunque no todas las chicas eran así si la mayoría.
Aunque no lo crean sentía feo el hablarles de esa forma, pero era de la única manera que entendían que yo no era de nadie.
—Eres un imbécil. —dijo indignada mientras tomaba su ropa y comenzaba a vestirse también.
La vi cambiarse y pasó a mi lado sin mirarme para después azotar la puerta bruscamente.
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Ahora estoy sentado en este bar mientras espero a mi buen amigo rubio.
—Te ves como una mierda Eren. —fue su amable saludo.
—Gracias, supongo.
Tomó asiento frente a mi y esperamos que una mesera tomará nuestra orden. No desaproveche el tiempo y le dedique una sonrisa sexy a la chica provocando que se sonrojara.
Armin solo negó con la cabeza mientras suspiraba.
—¿En verdad vas a seguir con esto? Te vas a seguir dañando y acostandote con cualquier mujer.
La seriedad de mi amigo me incomodaba.
—No me estoy dañando, además estoy disfrutando mi libertad como siempre quise.
—Sabes que te estas mintiendo Eren, no eres el mismo desde que ella te dejó.
—Prefiero no hablar de eso, es tema sepultado.— solte con tono serio.
Obviamente no era un tema que podría sepultar, aún me dolía era una llaga que aún no quería cerrar.
Cómo voy a superar que la mujer que amaba «amo» me engaño y dejo por otro tipo.
Armin iba a continuar pero apareció la mesera con nuestros tragos.
Tome mi vaso de whisky de un jalón provocando que mi garganta ardiera, aprovechando que la chica seguía ahí le pedí otro más.
—Deberías ir a terapia amigo, tus problemas no se irán con whisky y mujeres, debes enfrentarlo desde el fondo y soltar todo. Porque además de dañarte tu también lastimas a esas mujeres ilusas que creen que pueden salvarte.
El ojiazul me miraba con lástima y lo odiaba, no tenían porque compadecerse de mí. No era el primero ni el último hombre al que engañaban y abandonaban por otro.
—Quizá tengas razón, pero se lastiman porque ellas quieren. Yo siempre les he dicho que es lo que espero de esa noche, no les hago promesas de una relación y un vivieron felices por siempre en una casa de dos pisos tres hijos y un perro llamado Sky. Al contrario saben que es meramente sexual.
—Eso es otra cosa Eren, debes sentar cabeza. Ya no eres un chiquillo de veinte años, tienes veintiséis la mayoría de nuestros amigos están en relaciones estables o casándose como M... —dejo las palabras en el aire.
—Casándose como Makima, lo se, no pasa nada Armin puedes decirlo ya te lo dije ella quedó en el pasado.
No, no estaba en el pasado claramente me dolía el saber que la mujer que no supe valorar se casaría con otro hombre, que ahora su cariño y dedicación las había perdido para siempre.
—Sí tu lo dices, pero en verdad Eren debes de cambiar tu forma de ser, consigue una chica que llene tus expectativas y respetala dedicate a ella.
—Eso no pasará Armin, a mi me gusta pintar mi nombre en los hoteles que sepan que yo no soy de nadie, que soy mas bien de la calle.— termine con una sonrisa de suficiencia.
Armin resoplo.
—Entonces no puedo decirte nada más, ya decidiste tu estilo de vida amigo.— el rubio vio su reloj —Hablamos luego Eren, pasaré por Annie. Cuidate mucho.
—Adiós amigo.
Y se fue lo perdí de vista, pero luego observe a una bonita pelinegra de ojos perlados como la luna viéndome fijamente mientras inclinaba su copa hacia mi en forma de saludo.
Me acerque a ella con toda mi galantería.
—Buenas noches, me llamo...
No pude presentarme ya que me interrumpió
—Presentarnos esta demás amigo, para lo que ambos queremos nuestros nombres salen sobrando.
Sonrió tan pecaminosamente que perdí enfoque a mi alrededor.
—Tienes mucha razón, deberíamos ir a un sitio más privado.
Ella solo asintió con una mirada llena de deseo.
Y aquí vamos de nuevo...
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Otro os que hago gracias a la inspiración que me dieron las canciones de mi poderosísimo Arnulfo Jr. 🤭
Como me gustan los personajes con chingos de problemas de todo tipo y juntarlos porque sí.
Espero les guste 💖
