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×Pasará×

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Reigen no tuvo mucho tiempo para pensar, apenas abrió la puerta un olor dulce lo abrazó, haciendo que suspirara de pura satisfacción. Se adentró más en la casita que desde el primer instante  se veía hogareña y de lo más cálida, (muy diferente al departamento que tenía cuando era pequeño) caminó hasta que llegó a lo que parecía ser la cocina, y fue ahí donde la vio. 

Vestido rosa, delantal amarillo que hacía juego con unos guantes de vinilo, los cuales tenían bordadas unas flores de tonos rojizos, rosas y magentas, la mujer en la habitación volteó al sentir la presencia de su hijo, y cuando sus miradas se encontraron está le dio una sonrisa de lo más cálida y cariñosa; solo como una madre amorosa la puede dar. 

Teniendo los sentimientos a flor de piel por la situación en general que estaba viviendo, el estafador no pudo evitar correr hacia su “madre” para abrazarla en busca de cualquier tipo de consuelo, el niño se acurrucó rápidamente en su pecho y ocultó su rostro en este.

La mujer ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, pero en cuánto empezó a escuchar los ligeros sollozos de su hijo comenzó a acariciarle la cabeza. Reigen no pudo evitar relacionar las caricias a cuándo Serizawa lo abrazó y acarició.

Pero dejó esto de lado al tomar en cuenta el hecho de que su madre estaba ahí con el.

Quizás toda esa situación no estaba tan mal, se llevaba bien con la mayoría de las personas que lo quisieron matar en algún momento, también estaba su madre y por lo visto su padre,  además de que por una vez en su vida no tendría que tomar las riendas, por primera vez quizás se podría dejar cuidar. Quizás no estaba tan mal haber caído en esa “dimensión”  

O en cualquier caso haber muerto. 

Eso creyó Reigen, al menos se lo permitió unos segundos.

—¡Estoy en casa!— Dijo feliz mientras se separaba de la mujer para mirarla, y cuando la vio soltó un ligero suspiro.

La mujer sonrió. 

—¿Oh en serio? No lo había notado—. Lo volvió a abrazar acarició su cabeza. —¿Por qué no me ayudas a poner la mesa para cuando papá venga Arataka?— Su madre era más cariñosa en este lugar. 

Quizás no estaba tan mal. 

—Ya le llamé a Teruki, dice que vendrá en cuanto el avión aterrice—. Miró a los niños, los cuales se mantenían serios, esa situación ponía a todos de nervios. —Dice que no pasa nada con que lo hallamos dejado plantado, que mientras Mob no explote se sentirá complacido—.Los adultos solo asintieron.

Iban camino a casa de Reigen.

Hacía veinte minutos que Dimple había llamado preocupado a Ritsu, y hacían apenas otros 10 en los que se habían puesto en marcha los cuatro adultos a casa del rubio.

Las lecturas en los radares de Sho no mostraban nada.

Lo que quería decir que Shigeo aún no explotaba, o aún no llegaba a la residencia del niño. 

Por otro lado los cuatro estaban asustados, esto por muy obvias y buenas razones.

En primera instancia no estaban seguros de lo que harían si el de cabello negro explotaba, ellos ya sabían que pasaba cuando el hombre recibía un shock tan grande, y por lo visto ahora no necesitaría un golpe, no, ahora podría ser solo si Reigen resultaba herido.

ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ʀᴇᴀʟɪᴛʏ [MobRei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora