Capitulo 1 Camino.

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Camino sobre lo que solía ser un comedor comunitario y busco algo de comida pero no hay nada solo ladrillos destruidos y pedazos de bombas. Doy media vuelta hacia la carretera pero no hay nadie. Aquí tienes que cuidarte las espaldas ya que por un Disolvente Genético la gente te arrancaría la cabeza sin pensarlo. Doy media vuelta y salgo por lo que queda de la enorme puerta pero antes de eso tomo un ladrillo y lo meto en mi morral para luego seguir.

A lo lejos puedo ver Rosa maría. Rosa maría es el lugar donde viven las personas con dinero de esta zona, en esa zona hay seguridad, comida, agua y derechos humanos, en una ocasión cuando era más pequeño observe como le disparaban a un hombre por pedir comida en ese lugar pero bueno supongo que se debe pagar una fortuna por vivir ahí. El precio de vivir hoy en día es alto.

Escucho un ruido que proviene del bosque que separa las zonas A, B, C y D. El ruido son pasos que parecen estar corriendo hacia aquí en una velocidad realmente grande. Enciendo mis manos en fuego color azul y apunto al bosque.

-¡¿Quién eres?!.-Grito con todas mis fuerzas e intento verme lo menos patético posible.

-Tranquilo, soy yo.-Escucho la voz de mi mejor amigo Montoya y puedo sentir alivio ya que él es en el único que confió por aquí.

-¡Oh! Qué bueno que no decidí carbonizarte.

-Calla, Iker. Yo te hubiese hecho pedazos con mis flamas y lo sabes.-Mientras termina la última frase enciende sus manos de un fuego color Verde. Montoya al igual que yo tenemos el "Don" de poder hacer esto, según otras personas nuestra especie es muy rara e incluso se dice que fue casi exterminada.

-Jajajaja.-Después de esta risa noto que ya hacia un buen rato que no reía.

-Ten.-Dice Montoya mientras extiende su brazo con algo envuelto

-¿De dónde lo has sacado?.-Desenvuelvo el paquete y es una Katana tipo sable.

-Se la quite a un sujeto que quiso matarme en la zona B.

-Por favor dime que no lo mataste.-Digo mirándole.

El me muestra su muñeca y en ella hay un rasguño. En verdad mato a alguien.

-¡No matamos! ¿Recuerdas?.-Digo en tono serio.

-Un "gracias" no caería tan mal ¿sabes?

-Pues, Gracias pero...

-¡Te he dado algo con que defenderte!, yo creo que mejor...

Antes de que el termine su frase escucho la alarma contra bombas.

-¡BOMBARDEO!.-Se escucha a lo lejos.

"No me digas" es lo único que puedo pensar y enseguida la imagen de mi madre llega a mi cabeza.

-Zona A, no por favor.-Escucho decir a Montoya entre dientes.

-ZONA A.-Dice la voz encargada de avisarnos sobre el bombardeo proveniente de las otras Empresas al mando.

Salgo corriendo e intento no llorar en el camino ya que donde yo vivo es la zona A y no quiero que nadie más muera por aquí, aunque tal vez la muerte sería mejor que esto.

Montoya me toma del morral y mete algo en él, yo tomo la Katana con fuerza y entre dientes le digo.

-Gracias.

-Cuídate, Bro.

Él no tiene nada de qué preocuparse el reside en la zona B. Mayormente las Bombas tardan en caer diez minutos pero estas se apresuran demasiado ya que escucho la voz diciendo.

-Diez, Nueve, Ocho...

¡Carajo! Estoy a campo abierto esas cosas podrían matarme, apresuro el paso lo más que puedo pero es entonces cuando la primera bomba cae a Trece metros de mí.

Un montón de tierra recibe mi caída y enseguida me pongo de pie y sigo corriendo por una calle que está en dirección oeste. Diviso unas escaleras y subo en ellas y puedo observar como las bombas están a punto de tocar Santa maría pero el campo de energía que ellos tienen los protege. La bomba siguiente impacta un viejo camión escolar, la Tercer bomba todavía no impacta así que tal vez solo tal vez pueda evitar su impacto. Subo las escaleras que dan a un techo y diviso la bomba de inmediato es cuando enciendo mi mano en llamas y con toda mi fuerza que se me es posible lanzo una bola de fuego.

-¡SI!.-Grito de alegría ya que le he acertado.

Pero mi alegría dura muy poco ya que a lo lejos diviso la Cuarta Bomba y esta se impacta contra una casa que espero y este vacía.

Estoy a punto de bajarme del techo cuando observo a los guardias de seguridad de Santa maría mirando perplejos a un niño buscando comida en el mismo comedor en el que me encontraba.

"¿Por qué lo miran tanto?" y es entonces cuando todo da sentido. La quinta bomba y usualmente la más letal está a punto de impactarse contra el comedor comunitario.

¡No!... bajo las escaleras metálicas y enseguida corro hacia el comedor destruido e intento gritarle pero el pequeño niño solo está pensando si habría algo de comer por ahí.

Estoy a Veinte metros... Quince... Una bola de fuego verde impacta la bomba y esta estalla en el aire dejándome aturdido.

-¡Iker! ¿Qué carajos pensabas?, eso pudo matarte.-Montoya se aproxima hacia a mí y puedo observarlo mejor. Su cabello que le cae en la cara y su piel un poco más morena que la mía. Está lleno de tierra y sus ojos cafés no han dormido bien.

-¿El niño?, ¿El niño está bien?.-Lo miro mientras me levanta del suelo.

-¡Sí!, ¡TRAQUILO!.-Dejo de patalear y me pongo de pie mientras observo con odio a los Guardias de Santa maría.

-¡ESOS IMBECILES NO HICIERON NADA!.-Digo mientras observo a Montoya.

-Ellos nunca han hecho nada por nosotros.

Me dirijo al niño que está saliendo del comedor y este está temeroso.

-Escucha ¡Ten más cuidado pudiste haber muerto!.-Digo con la mirada en el pequeño chico de piel morena y ropa rasgada.

El niño no habla solo me observa.

-¡Toma!.-Exclama Montoya hacia el chico. Y De su morral saca una bolsa transparente con una variedad de panes.

-G...gracias.-El niño lo pronuncia con dificultad.

-¡AHORA LARGATE!.-Montoya le grita al niño y este corre hacia otra dirección.

-Sabes pudiste haber sido menos cruel.-Digo mirando al suelo ya que la impotencia por muchas cosas es grande.

-¿Ya ha parado todo?

-Eso creo.

-¿Cinco bombas? ¿Solo eso?

-Quizá solo estén dando avisos.-Mientras termino esta última frase recuerdo a mi madre y enseguida me dirijo hacia mi hogar.

-Te veré aquí mañana a la misma hora, ¡NO LLEGUES TARDE!.-Exclama Montoya.

-Bien.

Empiezo a caminar por la zona A y las personas cuerdas (Que son pocas) asoman su rostro por las ventanas.

Al cruzar la calle escucho un pequeño respiro y cuando estoy a punto de dar media vuelta un cuchillo rosa mi brazo derecho.

Al ver a mi atacante logro ver que es un sujeto que tiene la mandíbula salida y sangre en las manos. Es una víctima de los disolventes genéticos.

Demonios Internos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora